Rosas

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miércoles, 21 de agosto de 2019

Andrés Anibal Folch: un Héroe de Malvinas Sanmartinense.

Por el Prof. Jbismarck
Andrés Anibal Folch, hijo de SILVERIA ROJAS Y FRANCISCO FOLCH, nació en TUCUMAN un 24 de octubre de 1962. Vivió y se crió desde los 6 años en el Bº Loma Hermosa en el Partido de San Martín, Provincia de Buenos Aires en el seno de una familia esforzada, luchadora, de trabajo.  Finalizó sus estudios primarios  en la Escuela Nro 84  “Benjamín Matienzo” y se inició en las actividades laborales con el firme propósito de auxiliar a sus padres que se hallaban en una difícil situación económica. Enfrentaba la vida con serenidad, valoraba los vínculos de amistad y se esforzaba por mantener unido su entorno familiar.   Convocado al servicio militar integro la Compañia "A" del Regimiento de Infantería Mecanizada 3 de la X Brigada de Infantería. (la Tablada).   Sus familiares comentan que Aníbal, o "flaco" como lo llamaban cariñosamente, partió a las Islas Malvinas sin poder despedirse de sus seres queridos.  Arribó a ellas un domingo de Pascuas, en la mañana del 11 de abril de 1982 .  Junto a sus compañeros soportó estoicamente todas las adversidades sobrevenidas propias de aquella guerra, en terreno insular con todo lo que ello implica.  Es notable como por medio de la correspondencia busco siempre llevar paz y tranquilidad a su familia.   Combatió entregando lo mejor de sí en la denominada "Batalla por Puerto Argentino", donde cae mortalmente herido en la mañana del 14 de junio de 1982.  Fue ascendido a cabo p. m. y por ley 24.950 fue declarado "Héroe Nacional
Victor Cañoli  señaló: “Los valores que lo caracterizaban nos han movilizado en estos años a rendirle homenaje de manera continua. El profundo amor que despierta su persona, nos induce a querer que sea conocido en cada rincón de Nuestra Patria, aquella por la cual supo ofrendarse.

  
  
"Lo recuerdo con muchísimo amor. Era cariñoso y muy bueno. Siempre pensaba en los de su alrededor", agrega Raquel, una de sus hermanas.   "Fue uno de los primeros en llegar a Malvinas aunque nunca nos avisaron que lo mandaban. Incluso tenía que volver para Pascuas y nunca apareció", cuenta Carmen, la hermana mayor.    "Cuando terminó la guerra, mi papá lo fue a buscar a Campo de Mayo, pero nadie le decía nada” explica Ana, cuyo marido fue quien recibió la noticia sobre el fallecimiento de Andrés.  "Todos se juntaron para lograr que la calle donde vivíamos llevara el nombre de mi hermano. Hoy, además, hay un jardín de infantes en su honor", dice Raquel.    Su cuñado Pedro Rodríguez,  quien viajo a Malvinas varias veces, señala que el hecho de estar en los campos de combate,  y la visita al cementerio de Darwin cerró el círculo que como familiares necesitaban completar.  Apoyan la idea de que nuestros 649 héroes y centinelas de su Patria permanezcan en nuestras Islas, esencialmente porque están en su país y la fusión de su sangre con la turba transformó a las Islas Malvinas y las hizo aún más Argentinas.

Un equipo de forenses logró identificar a 112 héroes de guerra quienes han recuperado sus nombres desde que se inició el Plan Proyecto Humanitario. Solo faltan 10 y ya no habrá más Soldados argentinos solo conocidos por Dios en el Cementerio de Darwin en nuestras islas Malvinas. .  .
"Al principio no estaba de acuerdo con hacerme los análisis, pero mis hermanas me convencieron. Fuimos el 10 de mayo a la ex ESMA para que nos sacaran sangre y el 8 de julio nos llamaron para confirmarnos que el resultado era positivo", detalla Ana.  Tuvieron que pasar 37 años para que Raquel, quien por primera vez pisa las Islas junto a su hermana Carmen, tomara el coraje de escribirle aquella carta que nunca envió. “Le pido perdón por no haberlo hecho antes, porque era tan jovencita como él y en ese momento no me imaginaba qué era una guerra…nunca pensé que él iba a quedarse acá", llora. "Solo quiero abrazarte, hermano mío", repite y con sus brazos envuelve la cruz adornada con flores blancas de tela y sujetas con un precinto para que el viento no se las lleve.  Su grito se ahoga con las lágrimas: "¿Por qué tanto dolor?, ¿por qué tuviste tanto frío?, ¿por qué te quedaste acá hermanito?", apoya Raquel su frente en la negra placa de granito y acaricia el nombre de Aníbal Folch.
 -ANDRES -
Por Victor Cañoli
Andaba siempre sonriente,
como si nada lo preocupara.
Yo deseaba simplemente,
que su sonrisa jamás se apagara.
Su andar era calmo, sereno.
Su figura inadvertida pasaba.
Su tez morena se esfumaba
en esas tierras lejanas.
Era un hombre bueno,
humilde, de gran corazón.
Seguramente por eso El Señor,
a Su reino lo elevó.
¡Diez y nueve años tenía!
A su tiempo yo argumentaba.
Fué muy corta su vida,
ya entre nosotros no estaba.
A pocos llamaba la atención
su cuerpo tan diminuto.
Cuánto por el lloraríamos
en aquel trágico minuto.
Sin siquiera darnos cuenta,
ese misil invasor,
sin poder arreglar cuentas
con su vida acabó.
Su ser quemado se mezclaba
con su sangre, con su carne,
mas, su espíritu volaba
hacia el cielo en un instante.
Por su gente había luchado,
con valor y sacrificio.
Todo lo había entregado,
si bien no era su oficio.
Qué siempre todos recuerden
que hubo cientos como ANDRES,
que dieron hasta la vida
por tí, por mí, por el.
Qué en tu corazón, en tu mente
esta historia esté grabada.
Que perdure eternamente,
ANDRES FOLCH, el se llamaba.
Autor: Victor Hugo Cañoli



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