Rosas

Rosas

lunes, 30 de marzo de 2020

Los primeros años de Juan Domingo Perón, hasta el Golpe de Estado Cívico Militar de 1930

Por Julio R. Otaño
En octubre de 1893, doña Juana Sosa Toledo (1875-1953) daba a luz a un niño al que llamó Juan Domingo, en homenaje a sus dos abuelos: Juan Irineo Sosa y Dominga Dutey. El General recordaría, muchos años después, que en realidad había nacido el 7 de octubre de 1893 y que su padre, Mario Tomás Perón, lo anotó como «hijo natural del declarante» con una demora de dos años.   Perón dijo con respecto a este concepto “Ese hijo no tenía padre y la ley argentina prohibía hasta investigar la paternidad del recién nacido. Pero sí se castigaba el adulterio de la mujer y ese hijo pasaba a ser un bastardo. Al padre se lo eximía de toda culpa y al hijo se le cerraban las puertas del futuro. ¿Eso era justo? Nosotros hicimos una ley que daba al hijo natural los mismos derechos que al hijo legítimo. […] Las leyes estarán siempre hechas por adúlteros que ignoran que no hay hijos ilegítimos sino padres ilegítimos”.                                                                    
Don Mario se radicó en Lobos, provincia de Buenos Aires, para dedicarse a una pequeña producción agrícola-ganadera. Tenía 23 años cuando conoció a Juana, una muchacha de 17, «criolla con todas las de la ley», al decir de Perón, que como muchos paisanos aunaba sangre indígena y española. En 1891 nació Mario Avelino, el primer hijo de la pareja.  El doctor Hipólito Barreiro en su libro Juancito Sosa, el Indio que cambió la Historia, sostiene que Juan Domingo nació en Roque Pérez.  Para fines de siglo, la situación económica de los Perón se volvió difícil y don Mario decidió probar suerte en la Patagonia. En  una estancia al noroeste de Río Gallegos, Santa Cruz. Implicó un mundo lleno de aventuras para los hermanos Perón. Aquellas expediciones en compañía de su padre y su hermano fueron el primer contacto con un paisaje que años después describiría minuciosamente en su libro Toponimia patagónica de etimología araucana.  Juancito se trasladó a Buenos Aires y se instaló en la casa de la abuela paterna, Dominga Dutey, para estudiar en la escuela ubicada en la calle San Martín 548 y luego en el Colegio Internacional Politécnico de Olivos.  
                                                    La curiosa historia del famoso abrigo de Perón que se hizo en tres ...
Cuando cumplió los 15, comenzó a estudiar las materias para ingresar en la Facultad de Medicina. Parecía dispuesto a seguir la tradición familiar y los deseos de su padre. Pero rindió y aprobó el examen de ingreso al Colegio Militar. Por ser quinto en el orden de mérito, consiguió una beca de apoyo económico. La vida militar no le trajo al joven Perón mayores dificultades. Era buen jinete y estaba acostumbrado al uso de las armas, el esfuerzo físico y las incomodidades de la vida al «aire libre”   Perón se recibió de subteniente de infantería el 13 de diciembre de 1913. Su padre le regaló como tributo de graduación tres libros que lo marcarían para siempre: Vidas paralelas, de Plutarco; Martín Fierro, de José Hernández y Cartas de Lord Chesterfield a su hijo Philip Stanhope.   La influencia del Martín Fierro en Perón será enorme. Fuente permanente de citas para sus escritos y discursos, le gustaba recitar frente a sus visitantes varios de sus octosílabos de memoria.  El flamante oficial Perón cumplió sus primeros cinco años de servicio en el Regimiento 12 de Infantería de Línea, con asiento en Paraná. Los informes sobre su aptitud física lo califican de «muy bueno» y como un «oficial de porvenir». En 1914, su pasión por el boxeo lo llevó a fundar el Boxing Club de Paraná, De aquellos años formativos contará Perón:  El 2 de abril de 1916, en las primeras elecciones sin fraude de la historia argentina, Perón estrenó su libreta de enrolamiento votando, como muchos compatriotas, por Hipólito Yrigoyen. Dos años más tarde integró varias comisiones militares enviadas a reprimir las huelgas y conflictos sociales en la zona de La Forestal. Allí pudo ver la miseria y la explotación en su punto más alto y la rapiña de la compañía británica que deforestaba impunemente amplias zonas derribando miles y miles de monumentales y añosos quebrachos sin plantar un solo árbol. La Forestal llegaba a cortarles el agua y el suministro de comida a las familias obreras.   
                                                              Perón, el elegido del pueblo | Notas
En noviembre de 1918, mientras se produce el desenlace de la Primera Guerra Mundial, escribe a sus padres una curiosa carta. En ella recoge la visión revisionista de la historia argentina, que estaba en las antípodas de la recibida en el Colegio Militar, donde había tenido como profesor nada menos que a Ricardo Levene, el pope de la historia liberal argentina:  “Mis queridos padres: Hoy he recibido carta y me alegra mucho que estén buenos y contentos con el triunfo de las ideas aliadas; yo la critico desde el punto de vista puramente neutral y argentino. Por la única que sentí siempre ser germanófilo fue porque Francia ha dado ejemplos de guerrera, pero también ha pecado grandemente de ingenua y se ha dejado arrastrar a la ruina casi, por oír los necios consejos de conquista comercial de la Pérfida Albión. No olvides papá, que este espíritu de patriotismo que vos mismo supiste inculcarme brama hoy un odio tremendo a Inglaterra, que se rebeló en 1806 y 1807 y con las tristemente argentinas Islas Malvinas, donde hasta hoy hay gobierno inglés; por eso fui contrario siempre a lo que fuera británico, y después del Brasil a nadie ni a nada tengo tanta repulsión. Francia e Inglaterra siempre conspiraron contra nuestro comercio y nuestro adelanto… Rosas con ser tirano, fue el más grande argentino de esos años y el mejor diplomático de su época… Rosas antes que todo fue patriota“.   
                                            SOBERANÍA NACIONAL / San Martín, Rosas y Perón… – Corriente ...
Perón fue trasladado al Arsenal Esteban de Luca en Buenos Aires y en enero de 1919 le tocó participar en la represión de la gran huelga obrera que pasará a la historia como la Semana Trágica. su biógrafo oficial, Enrique Pavón Pereyra, pone en boca de Perón estas palabras:  “Cuando los obreros se declaran en huelga, reclamando salarios, como en la Semana Trágica, se dijo que eran comunistas, que eran rusos; me inclino a pensar que eran solamente pobres argentinos azotados por las miserias fisiológicas y sociales”.
En 1920 fue transferido a la Escuela de Suboficiales Sargento Cabral en Campo de Mayo.  prontamente se convirtió en un militar carismático. En 1924, Perón fue ascendido a capitán. Al poco tiempo conoció a Aurelia «Potota» Tizón, una bella maestra de 17 años, concertista de piano y guitarra. El 5 de enero de 1929, se convirtió en la primera esposa de Perón. 
                                               Señorita Cluney on Twitter: "4 Aurelia Tizón, a quien llamaban ...    
Durante los meses previos al golpe de Estado que derrocó al presidente radical Hipólito Yrigoyen, Perón trabajó a favor del movimiento. Sus líderes visibles eran los generales José Félix Uriburu y Agustín Pedro Justo, que si bien coincidían en la metodología golpista para deponer a Yrigoyen, mantenían importantes diferencias sobre las formas políticas a aplicar a la hora de ejercer el poder. Mientras Uriburu pretendía hacer una profunda reforma constitucional que terminara con el sistema de partidos para implantar un régimen corporativo, Justo planteaba un modelo de gobierno provisional que convocara a elecciones en un tiempo prudencial y restableciera el clásico sistema de partidos con las restricciones que los dueños del poder creyeran convenientes, o sea, una democracia de ficción y fraudulenta.  No pocos oficiales y suboficiales se sumaron al golpe sin medir las consecuencias, sin tomar conciencia cabal del error gravísimo que estaban cometiendo. Uno de ellos, Perón, comentaba al respecto: “ yo recuerdo que el presidente Yrigoyen fue el primer presidente argentino que defendió al pueblo, el primero que enfrentó a las fuerzas extranjeras y nacionales de la oligarquía para defender a su pueblo. Y lo he visto caer ignominiosamente por la calumnia y los rumores. Yo, en esa época, era un joven y estaba contra Yrigoyen, porque hasta mí habían llegado los rumores, porque no había nadie que los desmintiera y dijera la verdad” 

No hay comentarios:

Publicar un comentario