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viernes, 31 de marzo de 2023

La "Revolución Popular" del 25 de mayo de 1810...mas allá de Mitre y de Halperin I

Por el Prof. Jbismarck
Durante la llamada “Generación del 80” Bartolomé Mitre y Vicente Fidel López, con colaboración de Domingo Faustino Sarmiento y de otros intelectuales liberales escriben la llamada “Historia Oficial”, destinada a aplicarse a través de la Ley 1420 de Educación. Era una Historia maniqueísta con héroes intachables y villanos malditos. Esta Historia Oficial nos narraba una “Revolución de Mayo” separatista, independentista, antihispánica, dirigida a vincularnos al mercado mundial. Se explota la idea de libertad, pues el objetivo fundamental de la revolución consistía en el comercio libre o más específicamente, en el comercio con los ingleses. El gran protector de la revolución fue el cónsul inglés en Río de Janeiro, Lord Canning. 
Consideramos que esta es solo una hermenútica y siguiendo a autores tan disímiles como Don Pepe Rosa, Gabriel Di Meglio, Raúl Fradkin o norberto Galasso podemos decir que la  revolución impulsó un frente democrático contra el absolutismo reinante, ain embargo su posterior fracaso permitio la Consolidación de una burguesía comercial anglocriolla, basada en el puerto único y el control de la Aduana, que se apoderó del poder y traicionó el objetivo inicial.  Alberdi señalaba que la Revolución de Mayo debía relacionarse necesariamente con la insurrección popular que estalló en España en 1808: "La Revolución de Mayo es un capítulo de la revolución hispanoamericana, así como ésta lo es de la española y ésta, a su vez, de la revolución europea que tenia por fecha liminar el 14 de julio de 1789 en Francia". La España de carlos IV y su hijo Fernando VII ha sido invadida por los ejércitos franceses y ante la prepotencia extranjera se alza el pueblo español un 2 de mayo de 1808. Así se crean las organizaciones regionales con el nombre de "Juntas" que coordinan una dirección nacional en la Junta Central de Sevilla. Ese estallido popular y lucha de liberación nacional, comienza a profundizar sus reivindicaciones ingresando al campo social y político(el derecho del pueblo a gobernarce por si mismo). La revolución nacional española se convierte en revolución democrática. Tanto en la revolución española de 1808 como en los acontecimientos de 1810 en América, se observa el desarrollo, al lado del liberalismo auténticamente democrático, nacional y revolucionario, el desarrollo también de un liberalismo oligárquico, antinacional y conservador. ¿fue una revolución? lo es cuando un sector social oprimido desplaza del poder a otro promoviendo un progreso histórico, nacional y social. Partiendo de esta última mirada, el 25 de Mayo se produjo una revolución. Esa revolución no fue socialista, ni nacional independentista, sino democrática. 
Se trata pues de una revolución democrática que desaloja del poder a una minoría absolutista y reaccionaria (el virrey, su burocracia y los comerciantes monopolistas) privilegiada por la monarquía, reemplazándola por una Junta Popular cuyos integrantes nacen de la voluntad expresada en la Plaza histórica, donde activan French (un cartero), Beruti (un empleado), Donado (un gráfico) y otros como ellos. Empezamos, pues, nuestra historia teniendo al pueblo como protagonista principal (Pepe Rosa). ¿Fue antiespañola? No. No podía serlo pues había españoles en la Primera Junta (Matheu, Larrea), así como los hubo en el Triunvirato (Álvarez Jonte), en el ejército (Arenales, en el Alto Perú), en la música del himno (Blas Parera), en la jura por Fernando VII y además, por esta circunstancia nada desdeñable: la bandera española flameó en el Fuerte de Buenos Aires hasta 1814 y la independencia -de las Provincias Unidas en Sudamérica- se declaró seis años más tarde, el 9 de julio de 1816. 
¿Fue probritánica? No. El comercio libre con los ingleses lo estableció el virrey Cisneros en 1809 y no fue el objetivo de la revolución. Es verdad que los comerciantes ingleses residentes en Buenos Aires, desde hacía un año, coincidieron con el movimiento popular, pero no lo financiaron ni lo dirigieron. Por otra parte, ni la Junta ni la jura por Fernando VII fueron invento de los hombres de Buenos Aires sino que participaron de un general movimiento hispanoamericano. ¿Fue entonces parte de una revolución que al mismo tiempo se producía en el resto de la América Morena? Efectivamente. Por esta razón, Moreno envía un ejército al Alto Perú, otro al Paraguay y aconseja sumar a Artigas en la Banda Oriental, con claro sentido hispanoamericano. La frustración de esa revolución disgregó a esa nación en veinte países dependientes, frustrando el proyecto inicial por el cual lucharon duramente Bolívar y San Martín, jefes de ejércitos populares hispanoamericanos. En el norte de América lograron constituirse los Estados Unidos de América del Norte, mientras entre nosotros se generaron los Estados desunidos de América Latina. ¿Quiénes impulsaron esa lucha antiabsolutista? ¿Acaso la llamada `gente decente, los vecinos propietarios` de la ciudad, como sostienen algunos historiadores? No. Las actas del Cabildo Abierto del 22 de mayo demuestran que la gente acaudalada votó a favor de que continuase el virrey, tanto los Martínez de Hoz, como los Quintana y como apoyaron esa política todos los señorones dueños de esclavos, así como la jerarquía eclesiástica (obispo Lué). Fueron "los chisperos", "los manolos", los activistas de la plaza (a los ya mencionados, cabe agregar a Francisco Planes, los curas Grela y Aparicio, oficiales como Terrada y a empujones, Cornelio Saavedra) junto a un grupo de profesionales (Moreno, Belgrano, Castelli, etc.), quienes protagonizaron el suceso revolucionario. 
¿Solamente perseguían desplazar a los absolutistas o tenían un proyecto de liberación y progreso económico social? Tenían efectivamente un proyecto y se expresó en el Plan de Operaciones: expropiar a los mineros del Alto Perú, crear fábricas estatales de fusiles, armas blancas y pólvora, liberar a los esclavos y concluir con el tributo que se le imponía a los indios, abolición de instrumentos de tortura y de títulos de nobleza, libertad de pensamiento y de imprenta. 

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