CALFUCURÁ,
JUAN Cacique
araucano chileno que entró a nuestro territorio por el año 1830 en carácter de
invasor y se instaló en las Salinas Grandes cercano a un lugar llamado Massallé
(actual Provincia de La Pampa, muy cerca del límite con la Provincia de Buenos
Aires, a la altura de Carhué) y pidió asilo y protección a otro cacique
araucano conocido como Mariano Rondeau que era el principal jefe de la nación
borogana. Dado los hábitos belicosos de
Cufulcurá, que participaba en malones y asaltos sobre las tierras de los
cristianos, hubo discrepancias con el cacique Rondeau que vivía en paz y
amistad con los cristianos, por cuanto en 1833 había participado de la columna
expedicionaria de Rosas como auxiliar de la misma , para pacificar a los
ranqueles. El 13 de agosto de 1834,
Cafulcurá con la cooperación de otros caciques araucanos, asesina en un
parlamento al Jefe Borogano Rondeau y a varios de sus lugartenientes que se
negaban a participar en malones contra el cristiano. Quienes no mueren son
reducidos a prisión y Calfucurá se hace proclamar Emperador de la Pampa dando
nacimiento a un gobierno indígena y a una dinastía que recién en el año 1884,
sería derrotada como poder político entre los aborígenes. Cafulcurá se antepone el nombre de Juan y
manda a confeccionar un sello con la siguiente leyenda: "General Juan
Cafulcurá-Salinas Grandes", con el cual sella toda correspondencia
oficial. También designa un ministro
que efectúa las veces de secretario, leguaraz y confidente, llamado Manuel
Acosta o Manuel Freyre, de origen chileno, muy inteligente, taimado y cruel. La
influencia de Acosta sobre Cafulcurá es decisiva, dado que el cacique no sabía
leer ni escribir. Para afianzar su dominio político y militar sobre las demás
tribus del desierto Cafulcurá hace cruzar la cordillera a numerosos caciques
araucanos de su confianza, quienes entran a territorio argentino al frente de
sus nutridos escuadrones de lanceros. Entre estos caciques se encontraban
hombres como Mayquín cuyo nombre equivale al envidioso, cruel y valiente
guerrero y junto con éste, los caciques Quillapán Calkvucoy, Mari-hual y
Calvuén. Con estas aguerridas fuerzas,
Cafulcurá unifica por las buenas y las malas, todas las tribus indígenas
dispersadas en el vasto territorio de la llanura pampeana que abarca de la
cordillera al Atlántico y de la Patagonia hasta el sur de Córdoba y Santa Fe. Para este tiempo y luego en años posteriores,
las naciones indígenas piensan constituir una Confederación Indígena Americana
que agrupan a todas las parcialidades aborígenes del continente, pero la
carencia de comunicaciones, los intereses dispares, la falta de instrucción, la
barbarie en que vivían muchos de ellos, tornan imposibles esos planes. En realidad Juan Cafulcurá, alentaban ideas
de un gran imperio que sólo puede mantener su vida y unos escasos años a través
de su hijo Namuncurá. El día 14 de
junio de 1873, Calfucurá, el gran jefe indio, soberano de Salinas Grandes, moría
casi centenario en sus toldos de Chiloé, al oeste de Salinas, repitiéndole como
una alucinación a su hijo Manuel Namuncará: "no entregar Carhué al Huinca".
Poco tiempo antes de morir había luchado en San Carlos de Bolivar contra las
fuerzas militares, en un combate de épicas resonancias, donde el triunfo casi
estuvo de su lado, a pesar que debió ser ayudado a montar su caballo, porque
sus casi cien años ya le impedían hacerlo.
NAMUNCURÁ,
MANUEL Cacique principal de origen araucano chileno,
hijo de Juan Cafulcurá,
llamado el Emperador de Salinas Grandes. Heredó el
mandato total de su padre, al morir este guerrero casi centenario el 14 de
junio de 1873. La traducción de su nombre significa pie de piedra y era sobrino
del cacique Reuque-Curá, un araucano chileno afincado en Neuquén que casi
sobrepasaba a Cafulcurá en número de guerreros. Namuncurá vivió en el paraje llamado Chiloé,
cerca de las Salinas Grandes, entre los años 1830-1835. Las tribus de Manuel
Namuncurá eran de origen pampa y ranquel y se integraban en el año 1873, con la
cantidad de 25 caciques, 100 capitanejos y más de 2500 guerreros valerosos y
arrogantes. Si la situación de tensión
en la frontera no había aflojado en ningún momento después de la muerte de
Calfucurá, la gota que colmó el vaso fue la decisión de Alsina de enviar una
comisión a hacer un estudio topográfico de los campos de Guaminí, Carhué y
Puán, para adelantar hasta allí los fuertes. La amenaza de Namuncurá será terrible. Dando
origen a lo que fue el formidable malón grande de fines de 1875. En la Navidad de diciembre de 1875, Azul,
Olavarría y otros departamentos vecinos son asolados por un malón que llega
hasta Benito Juárez, Tapalqué, que se llama el Malón Grande por su magnitud. Los indios permanecen 12 o 13 días en la zona
del Azul saqueando estancias, quemando y tomando cautivos, y Namuncurá logra
que Juan José Catriel, que es el cacique porque a Cipriano lo asesinaron en
noviembre del `74, se subleve contra el gobierno -en ese momento era presidente
Avellaneda. Las cifras hablan de 5.000
lanzas que se llevaron 300.000 cabezas de ganado, 500 cautivos y dejaron 200
muertos. El fuego, el saqueo y el degüello fue la feroz respuesta de Namuncurá
a los planes del gobierno. El último contraste que tuvo este malón fue el
combate en la Laguna Paragüil Se enfrentaron 3.000 indios acaudillados por
Namuncurá, Catriel y Pincén con el Tte. Cnel. Levalle que marchó al encuentro y
bajo una densa niebla se libró el enfrentamiento. Peleando cuerpo a cuerpo.
Cinco horas después y cuando se despeja la niebla, se comprueba que los indios,
numéricamente muy superiores, rodean a las fuerzas de Levalle. La difícil
situación pudo ser salvada por la reserva de Levalle (Regimiento 1º de
Caballería), al mando del Coronel Maldonado, que cargando contra los indios,
los lancea, matando a muchos, en tanto que los demás huyen dejando hacienda
robada. En abril de 1876 las fuerzas
del coronel Levalle ocupaban Carhué, para siempre. Hacia el año 1877, varios caciques cansados
de persecuciones y matanzas, se entregan, entre ellos Tripailao y Manuel Grande
que lo hacen en Carhué. Namuncurá queda solo con 1000 guerreros armados de
lanza y cuchillo, contra las fuerzas nacionales que los ametrallan con grandes
krupp y fusiles de repetición. Para esos tiempos el Gran Imperio de las Pampas
ya se ha derrumbado. En 1878/79 tiene
lugar la Campaña del Desierto comandada por el Gral. Roca. El cacique Namuncurá se entrega finalmente en
la localidad neuquina de Ñorquín un 24 de marzo de 1884. Un hijo de Namuncurá y nieto de Calfucurá,
llamado Ceferino, alcanza notoriedad al convertirse a la religión católica y
pasar a Buenos Aires a estudiar.
PINCÉN
Cacique
pampa que operaba a las ordenes del araucano chileno Cafulcurá, pero a la
muerte de este jefe indígena, se independizó; raras veces escuchaba los pedidos
de Namuncurá, en su carácter de heredero de la Confesión Salinera.
Vivió
muchos años en las cercanías de la laguna de Malalcó, aproximadamente a unos 50
kilómetros de Trenque-Lauquen. Pincén o Pinthén como en ocasiones le llamaban,
tenia tan solo 150 guerreros, pero debido a su prestigio y audacia muchos
caciques y capitanejos se ponían a sus ordenes para maloquearen tierras del
criollo argentino. Con sus aliados, Pincén llegaba a las 600 lanzas; entre
ellos figuraban caciques como Melideo y otros de menor importancia. Sus malones
fueron famosos por la crueldad, astucia y valentía de que hacía gala. Nunca
jamás quiso firmar tratados ni compromisos con el Huinca y si alguna vez otro
cacique aceptaba la paz, Pincén se encargaba de romperla llevando sus malones
al corazón de la tierra del cristiano blanco. Era un verdadero y autentico
guerrero pampa; el propio Alsina lo retrata diciendo “...indio indómito y
perverso, azote del norte y oeste de la provincia . Jamás se entregará a no ser
que un golpe de la fortuna lo haga nuestro prisionero. Pincén se conservará
rebelde, dado el sometimiento de las otras tribus hostiles. Para mí, es el tipo
del hijo del desierto: indómito y salvaje.”
Cuando
lo hicieron prisionero tenía 70 años de edad y vivía con 4 mujeres, una de
ellas era blanca y, según noticias, sobrina del militar Arredondo.
CATRIEL,
JUAN
Cacique
principal de la nación pampa, caracterizado por su amistad y aprecio hacia los
hermanos criollos. En muchas oportunidades la tribu de Juan Catriel colaboro
con las autoridades para evitar el pillaje de los aucas chilenos y de grupos
cristianos alzados y renegados que inundaban la campaña argentina.
Este
cacique vivió en sus tierras conjuntamente con los cristianos, hasta que
falleció en un combate librado contra indígenas maloqueadores, luchando junto
al coronel Barros y al cacique Quentrel. El cacique Catriel fue colaborador y
auxiliar en la expedición de Rosas al desierto en el año 1833 y junto con él
colaboraron los caciques Fracamá, Reilet, Venancio Cayupán, Llanquelén, Chacul
y otros más. Años antes, en 1827, había colaborado con el coronel en Rauch,
secundado por el cacique Negro y sus tehuelches. Podemos decir que el Gran
Cacique Juan Catriel, colaboró con Juan Manuel de Rosas, hasta su caída del
gobierno en 1852. Fue muy amigo también de los caciques Cachul y Lucio que
tenían sus tribus en las costas del arroyo Tapalquén, al noroeste de la
población del Azul. A su muerte le sucedió en el mando de su tribu su hijo
Cipriano. Los indígenas conocidos posteriormente como catrieleros, viven en
nuestros días en pequeñas propiedades que mantiene cerca de la localidad de Los
Toldos en la provincia de Buenos Aires.
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