El autor es un reconocido historiador que ha actuado tanto en la
investigación como en la docencia. En mi opinión, su libro sobre el Plan
de Pacificación del General Lonardi en el derrocamiento de Perón entra
en el género de lo que puede llamarse el personaje y su tiempo, al
analizarse la interacción entre un hombre y la época en la que actúa.
Si bien la historia es inagotable en cuanto a que siempre pueden surgir
nuevos elementos para reinterpretarla o conocerla mejor -razón por la
cual nunca puede decirse que una obra agotó un tema-, sí puede afirmarse
que este libro de Rubé es lo más completo que se ha escrito sobre esta
temática.
Habiendo realizado una minuciosa tarea de investigación, no sólo
revisando todo lo escrito y publicado sino también tomando numerosos
testimonios de sus protagonistas o familiares directos, se ha logrado un
libro muy completo y fundamentado, sin que por ello pierda amenidad el
relato, que lo hace accesible al lector común interesado por la historia
de divulgación.
Hay pasajes muy interesantes como en el primer capítulo, en el cual
relata el incidente que en los años treinta involucra a Perón y Lonardi
en la Agregaduría Militar en Chile, donde el segundo es expulsado al ser
descubierto en una operación de espionaje que había iniciado el
primero. Para algunos este fue el origen del enfrentamiento entre ambos,
que después potencia y proyecta la diferencia política que los alcanza
en los años cuarenta.
El libro muestra como Lonardi, un hombre ideológicamente afín a lo que
suele denominarse nacionalismo católico, asume una posición crítica y
rápidamente opositora al peronismo desde sus inicios, cuando todavía
esta corriente político-ideológica tenía un apoyo mayoritario, y se
intensifica con la ruptura de Perón con la Iglesia en 1954 (llegará a su
máximo nivel el año siguiente, con la quema de las Iglesias en la
ciudad de Buenos Aires).
Tras detallar el rol de Lonardi en la conducción del movimiento
revolucionario que derroca a Perón en septiembre de 1955, el autor se
centra en el núcleo de su trabajo, el llamado Plan de Pacificación
con el cual Lonardi pensaba restablecer la paz interior y la concordia
política, integrando al peronismo y los sindicatos que habían sido el
sustento más importante de Perón.
El autor muestra cómo esta idea política central no es una improvisación
frente a las circunstancias, sino una idea política meditada y madurada
por Lonardi. Los dos meses que dura su breve gobierno de facto lo
muestran moviéndose con un objetivo político claro en este sentido.
Rubé, con acierto y precisión de historiador, logra recrear la época y
sus fuertes conflictos y odios políticos, sin lo cual resulta
incomprensible entender en su verdadera dimensión los fenómenos
políticos del pasado.
En mi opinión, quizás el error de Lonardi fue no advertir que su altura
moral no era la del común y, en consecuencia, no pudo entender los
resentimientos, egoísmos, rencores y pequeñeces de los seres humanos,
que la política y el poder suelen potenciar y no atenuar.
Pienso que el plan de Lonardi tenía fuertes puntos de contacto con el de
Urquiza un siglo antes. Pero éste, mejor conocedor de la esencia del
alma humana, supo conducirse con más habilidad y, tras generar sanciones
muy circunscriptas sobre miembros del régimen rosista, incorpora a sus
personajes y estructuras más relevantes y plasma en el Acuerdo de San
Nicolás, la conciliación con los gobernadores de Rosas que al año
siguiente permite la sanción de la Constitución Nacional.
Con gran equilibrio, Rubé explica las diferentes corrientes internas que
existen en esos momentos en el movimiento revolucionario, del cual,
como precisa, el General Aramburu -que sucede a Lonardi en la
Presidencia a consecuencia de una suerte de golpe dentro del régimen de
facto- no era la vertiente más extrema.
La lectura de este libro permite comprender que las corrientes dentro de
las Fuerzas Armadas en realidad eran tres: la de Lonardi, que proponía
integrar al peronismo; la de Aramburu, que quería hacerlo en forma
limitada y condicionada a través de lo que después fueron expresiones
neoperonistas; y la sustentada por la Marina, que proponía excluir al
peronismo de toda expresión y participación política.
Como sucedió en otros acontecimientos político-militares de la época, la
división dentro del Ejército termina haciendo que finalmente se imponga
en las elecciones de 1958 el proyecto de la Marina, que actúa como una
Fuerza cohesionada.
Rubé reconoce que en realidad Aramburu termina encarnando, entre 1968 y
1970, el proyecto original de Lonardi cuando emprende negociaciones con
el peronismo, que llegan incluso más allá del Plan de Pacificación de su
predecesor al incluir el diálogo con el propio Perón, que en trece años
ha pasado de ser un líder exilado sin capacidad de conducción efectiva a
transformarse en la figura política más importante.
Se trata de un libro de historia, pero que induce un mensaje hacia el
presente, al mostrar cómo desechar los caminos de pacificación, optando
por los del conflicto, no conducen al país hacia el mejor de los futuros
posibles.
Hola Julio, le felicito por su ultimo trabajo. Soy Horacio Correa alumno suyo de univ del Salvador quería recuperar su contacto. Un gran saludo.
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