Rosas

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lunes, 25 de enero de 2021

El Golpe Cívico-Militar del 6 de septiembre de 1930, en el Partido de Gral. San Martín: el Monumento en su homenaje....

Por Julio R. Otaño

Testimonio de un cadete: El Dr. Enrique D. Mosquera narra que el 6 de septiembre los cadetes despertaron a las 05.30 horas como siempre “con las estridentes notas diana", se alinearon e hicieron sus camas; a las 06.00 horas formaron “para revista”, antes de marchar para el comedor de cadetes. Era una rutinaria vida, pero Mosquera ese día a las 07.00 debía rendir exámenes trimestrales. Estando en el aula oyeron y vieron vuelos rasantes de aviones sobre la estatua del Tambor de Tacuarí -ubicada en el centro del patio interior-. Unos 15 minutos más tarde cambió: inesperadamente “el clarín vuelve a tocar a reunión, al mismo tiempo que ordenan marchar rápidamente a nuestras Compañías a recibir órdenes.  Llegamos y el Encargado nos ordena cambiarnos de ropa, de fajina y marchar a la Sala de Armas para retirar nuestro equipo y armamento:  su fusil Mauser 1909 “número 1695”, cargas, etc., y allí se enteró que habia revolución y que el capitán Lascalea se había retirado del movimiento revolucionario. Formados con la mochila al hombro comenzaron la marcha por la calle San Lorenzo hacia la Plaza San Martín y desde allí “llegar a la avenida Córdoba, para dirigimos a Casa de Gobierno, a la que teníamos que tomar combatiendo o al asalto”.   

El Jefe del Golpe de Estado era el General José Félix Uriburu:  En esa revuelta estaban los siguientes cadetes de la localidad de San Martín: Juan Jaureguiberry, Mario Antola, Carlos Libonati, y Carlos Almada. D. Julio Méndez -vecino de San Andrés- recuerda que un grupo de cadetes fue embarcado en la Estación de San Andrés directamente para Retiro, mientras que la mayoría de ellos fueron marchando directamente desde el Colegio Militar hacia la Casa Rosada, luego de detenerse en torno a la plaza San Martín.  Los sublevados serían unos 2.500 uniformados y civiles, encolumnados detrás del automóvil de Uriburu. En esos momentos el diario Crítica anunciaba la “alegría” de la revolución y varios aviones de la base del Palomar sobrevolaban la ciudad arrojando volantes revolucionarios.

 Los medios de comunicación instaban a la gente a apoyar la insurrección, perturbando el desplazamiento de los golpistas, pero iban ocupando estaciones, lugares estratégicos, las comisarias a su paso. El Cnel. Reynolds ordena adelantar dos compañías de cadetes infantería para posesionarse en las escalinatas del Congreso pero antes de llegar cadetes fueron atacados por sorpresa desde la Confitería el Molino.   

La columna tomó la Casa de Gobierno y la ocupó sin problemas. El saldo del operativo para el Colegio Militar fueron dos cadetes muertos Carlos Larguía y Jorge Güemes Torino y 24 cadetes heridos. Los cadetes recogieron sus muertos y heridos y avanzaron sobre la Casa Rosada. Inmediatamente Uriburu desplazó fuerzas defensivas.

Después del golpe de 1930 volvieron a la Rosada el 8 de septiembre con uniforme de parada para el juramento del nuevo Presidente de Facto.

El 10 de septiembre el Gral. Uriburu fue reconocido como Presidente de la Argentina por una Acordada ce la Corte Suprema de Justicia dando a la doctrina de los “presidentes de facto* El presidente disolvió el Congreso, declaró el Estado de Sitio e intervino todas las provincias.  

El Municipio de Martin ordenó la construcción de un gran Monumento en la Plaza Central para homenajear a los dos cadetes muertos en la revolución de 1930. 

EL MONUMENTO AL GOLPE DE ESTADO EN LA PLAZA DE GRAL SAN MARTÍN

El 26/10/1984 el Concejo Deliberante del Partido de Gral. San Martín en sesión ordinaria dispuso por la Ordenanza 26621 que “elimine “toda la leyenda” insertada en el monumento granítico emplazado en la central relacionado con hechos de la revolución del 6 de septiembre de 1930”. 

Semanario “Informaciones” del 22/12/1984 transcribe la Ordenanza. Visto las actuaciones, mediante las cuales el bloque de concejales de la UCR eleva consideración un proyecto de Ordenanza por el cual se procederá a retirar la leyenda que alude a la revolución de 1930; y considerando: que todavía nuestra plaza mayor tiene asentado en su seno una piedra inmensa que con su leyenda recuerda también inmenso dolor; que a través de los años atestigua con su fecha 6 de septiembre de 1930, la hoja más negra del calendario de nuestra historia política; y, que un ineludible de argentino bien nacido y en especial todo el pueblo de San Martin hace cumplir ordenanza para borrar ahora y para siempre esa fecha del 6 de septiembre de 1930,  recuerda la caída del primer presidente argentino elegido por el pueblo, Hipólito Yrigoyen, sino también duele más porque fue justamente aquí en San Martín desde el colegio Militar emplazado en la calle San Lorenzo y Leandro N. Alem, donde salieron tropas y cadetes que marcharon manchando nuestras calles de San Martín más adelante plegarse a las mismas el tristemente general Uriburu. 

Es por ello que, vuestra comisión de legislación, interpretación reglamento, por unanimidad de sus miembros presentes los aconseja dar aprobación a I siguiente: Ordenanza. Art. Iro Facultase al Depto. Ejecutivo a disponer la eliminación toda leyenda inserta en una piedra de grandes dimensiones ubicada en la plaza mayor de nuestra ciudad, que recuerde el 6 de septiembre de 1930 como “Revolución' considerarla como fecha de tristeza de la civilidad inmolada”.

El historiador Valdez Tritti dice con razón: “al margen de estas encrucijadas históricas, las actuaciones de ir erigiendo o sacando monumentos de homenajes tan pronto van sucediéndose los grupos de poder político, evidencia una falta de madurez comunitaria que deben ser exploradas por los historiadores del futuro para develar aspectos positivos, negativos o enseñanzas de los hechos políticos del pasado. Seguramente nunca podremos borrar la historia, ni tampoco existen magistrados que puedan dictaminar sobre cuál sangre derramada fue buena o mala en el pasado y esto es así, porque nuestras mentalidades y comunidades van evolucionando moral y culturalmente según pasan los años y van apareciendo nuevas formas de comprensión de la Historia y de la vida”   


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