Por Carlos Ibarguren
“El hombre verdaderamente libre es el que, exento de temores infundados y de deseos innecesarios, en cualquier país y en cualquiera condición en que se halle, está sujeto a los mandamientos de DIOS, al dictado de su conciencia y de una sana razón...”
ROSAS, SIGNADO POR LA CONTRARREVOLUCIÓN
“En los momentos en que doña Agustina daba a luz a Juan Manuel, el sosiego de Buenos Aires era conmovido por noticias trágicas de orden político, que horrorizaban al vecindario de la ‘muy leal y heroica’ cabeza del virreinato del Río de la Plata.
Don Joseph de Gainza había recibido...unos papeles con las novedades de Francia...Las enviaba desde Roma, con una carta dirigida a don Ambrosio Funes, de Córdoba, el padre Gaspar Juárez, jesuita santiagueño, desterrado de las posesiones españolas, como todos los de su compañía, por orden de Carlos III. El padre Juárez escribía periódicamente a los Funes...informándoles de todo lo notable que acontecía en Europa, y remitía a Gainza en papeleta separada aquellas noticias...para que fueran propaladas en Buenos Aires.
‘Con la presente Revolución de la Francia -escribía el padre Juárez- no hay actualmente Estado alguno, ni metrópoli europea donde no se vea confusión, temor, y aun consternación...Quitado el más verdadero y más sólido fundamento, y cuasi único apoyo de la Religión Católica. ¿Qué ciencia, ni qué buen gobierno podrá subsistir? Verá Ud. el estado fatal en que nos hallamos aun en Roma...Hállase esta capital en la mayor consternación por saber que una de las principales miras de aquellos revolucionarios, y rebeldes a Dios y a toda Suprema potestad es...meterlo todo a fuego y sangre. Pretenden no sólo saquearla sino también destruir este centro de la Religión, abolir la Potestad del Vicario de Jesucristo, quitar de todos la obediencia al Padre general de la Iglesia; y si pudiesen, desquiciar de sus fundamentos esta Piedra sobre la que fabricó su Iglesia el Hijo de Dios Humanado...En Francia ya no hay religión, ni sacerdocio, ni catolicismo, ni aun humanidad. Los Religiosos y Monjas todos fuera de sus conventos...El matrimonio está ya declarado disoluble. Los principios fundamentales decretados por esta Convención Nacional son: Que toda la Nación no se compone ya de un Reino, sino de muchas repúblicas; que el Gobierno debe ser democrático; que no debe haber ninguna religión dominante; que todo culto a Dios, a la Santísima Virgen, a los santos, será abolido...Por horas estamos esperando que hayan cortado la cabeza a su Rey y a su Reyna...En fin, todo es horror...’ En esos momentos, precisamente el 29 de Marzo de 1793, Su Majestad el Rey de España firmaba la real orden en que declaraba la guerra a Francia, sus posesiones y habitantes, prohibiendo todo comercio, trato y comunicación con éstos.” (CARLOS IBARGUREN, Juan Manuel de Rosas. Su vida. Su drama. Su tiempo.)
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