Rosas

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lunes, 9 de julio de 2012

Felipe Varela I

Por Don Singulario
 
 
Felipe Varela viene / por los Cerros del Tacuil…
-¡Hola don Singulario! Se vino zambero hoy, me parece escuchar a los Fronterizos con Gerardo López y se me pone la piel de gallina, guitarreábamos hasta el amanecer con vino de damajuana y empanadas salteñas, al final terminábamos con la Luna Tucumana y un dope bárbaro…
- Y el Sapo Guitarrero con el Jangadero, ¡Qué linda época! Todos rasgaban la viola y los más duros el bombo… yo ni eso, apenas las palmas y siempre a destiempo.
-La voz de López era muy norteña…
-Puro grupo, era un entrerriano que los imitaba. Casi todos cuando cantábamos también copiábamos: se pronunciába con eye, acentúabamos esdrújulo cantando la chaia yiójana. Me parece que por los ’60 que nos sentíamos más argentinos…
-¡Aquíii Cosquín!
-¡Pare amigo! Recordando esos lindos momentos me está sacando de la nota …
-Fue Ud. el que lo trajo con el título
-Tiene razón, pero utilicé el comienzo de aquella zamba para recordar a uno de los caudillos más controvertidos de nuestra historia…
-Más que caudillo, era un fascineroso que asolaba los pueblos que pisaba, recuerde que: matando llega y se va…
-¡Ya empezamos con la historia falsificada…!
-Don, ¿me va a decir que es mentira?...
La Presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner
y la Gobernadora de Catamarca Lucía Corpacci
-Si lo digo yo no me va a creer, prefiero traer algunos ejemplos para recapacitar, pero antes le recuerdo que hace muy poquito su memoria fue rehabilitada oficialmente por un decreto nacional promoviendo al grado de General del Ejercito post mortem al Coronel Felipe Varela.
Hemos hablado mucho sobre las diferentes historias que recorren nuestra Historia, valga la redundancia. Tenemos una historia liberal que arranca con la de Mitre y sus adláteres, fogoneada por la Academia Oficial y el diario prócer que le cuida las espaldas. Tenemos las historias revisionistas que se oponen, pero que, provenientes de diferentes líneas han teñido sus conclusiones con parcialidades manifiestas.
-Claro don, siempre que los hombres opinan, le agregan su carga emotiva…
-Muchos “académicos” pretenden ser independientes y nos engrupen sobre su “cientifismo impoluto”. En esta columna no nos la creemos y nos rebelamos contra toda receta intocable, venga de donde venga, aunque respetamos a aquellos que opinando nos abren puertas para ampliar los puntos de observación y sacar nuestras propias conclusiones…
-¡Pare la mano don! Se me hace que está abriendo el paraguas para tirarse contra algunos historiadores de nuestro lado (por su culpa, hoy me siento revisionista)…
- Ud. recuerda que en mi viejo boliche había pocos íconos, un Sábat para un Carlitos alado y una foto de Jauretche, dos posters con las imágenes de Scalabrini Ortiz y de don Juan Manuel. De alguna manera significan mi admiración. Me chimentaron que el capo de la histórica casa de la calle La Crujía, que memora al Restaurador descree de mi “rosismo”. Escaso valor como anécdota, pero me recuerda la cantidad de “viudas” que se sienten dueñas de la herencia del finado cornamentado.
-Ya me imaginaba que por ahí andaba el asunto
-Con respecto a Felipe Varela queremos recordarlo como un federal enemigo de la prepotencia porteña y las oligarquías lugareñas, que luchó y perdió en las terribles guerras intestinas que asolaron nuestro país desde el inicio de la Patria, que murió pobre y olvidado, destino al que manda la historiografía oficial a quienes la desafían. No fue bandido sino líder de sus iguales, tuvo una inteligencia superior que le permitió comprender los conflictos en su concepción profunda. 
Al decir de José Pablo Feinmann (Envido Nº 2, 1970): «[...] lo que quizá distinga a Varela  de otros montoneros (Peñaloza especialmente) sea su penetrante lucidez política con que interpretaba los alcances de su propio movimiento. La Proclama del 66 y el Manifiesto del 68 constituyen uno de los más altos momentos del pensamiento nacional argentino [...]»
Sobre él se ha escrito obras de indudable valor por historiadores de la talla de José M. Rosa, el duo Duahalde - Ortega Peña, Norberto Galasso, Hugo Chumbita, Félix Luna y muchos otros, De este último quiero rescatar una semblanza del pueblo que defendía Varela y su decidida oposición a la guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay (Los Caudillos, Peña Lillo 1987, p 250)
[...] A boleadora limpia y engrillados: de tal suerte iban al Paraguay los pobres voluntarios del interior, Nadie quería servir en esa guerra, como si una oscura intuición les apuntara que a las guerras injustas no hay obligación de concurrir [...]                                                       
En esas condiciones que se encontraba todo el interior del país frente a lo que consideraban algo ajeno a su historia: una lucha de las oligarquías porteñas aliadas a sus enemigos tradicionales como la potencia escalvista brasileña y el imperio británico se alzó este caudillo.
Lanzó la Proclama, que aún hoy está en la polémica revisionista. En ella cuestiona la guerra, ataca a Mitre y el centralismo porteño y fundamentalmente considera a Urquiza como el “magnánimo” jefe vencedor en Caseros promovedor de “la más bella y perfecta Carta Constitucional democrática republicana federal”. Estos últimos aspectos, naturalmente, incomodan, al decir de Norberto Galasso “no se puede combatir las falsedades de la Historia Oficial y de la Historia Social ‘halperindonguista’, incurriendo en omisiones que restan valor y seriedad”
-Me parece don que anda medio calentito y se metió en la polémica…
-Sólo me gustan los documentos completos y pensar con mi cabecita. Cuando los mutilan, me dá mala espina porque –como me enseñó Jauretche– algo me están ocultando. Y fíjese como será la cosa que tanto esa Proclama como el Manifiesto que emitió nuestro Quijote de los Andes, poco o nada conocidos,  deberían ser dignos de enmarcarse como recordatorio de nuestra vigencia de ciudadanos latinoamericanos al estilo de San Martín y Bolívar. Le transcribo el primer párrafo de la proclama fechada el 6 de diciembre de 1866, que se encuentra mochado en muchos libros revisionistas. La próxima semana Ud. y yo nos haremos a un costado para que nuestro director publique íntegramente esta obra de Felipe Varela.
«¡ARJENTINOS!: El hermoso y brillante pabellón que San Martín, Alvear y Urquiza llevaron altivamente en cien combates, haciéndolo tremolar con toda gloria en las tres más grandes epopeyas que nuestra patria atravesó incólume, ha sido vilmente enlodado por el jeneral Mitre, gobernador de Buenos Aires [...]»

 (Publicado en Informaciones Semanales de San Martín el sábado 7 de julio de 2012)

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 Proclama de Felipe Varela

-¡Hola don Singulario! ¿Viene a cumplir la promesa?
-Tal como propusimos la semana pasada presentamos la Proclama (*) emitida por el hoy General del Ejército Argentino D. Felipe Varela en diciembre de 1866 con motivo de la guerra de agresión de la Triple Alianza entre Argentina, Brasil y Uruguay contra el Paraguay. Nos hemos propuesto no hacer comentarios para cederle todo el espacio y que nuestros lectores saquen sus propias conclusiones:
«¡ARJENTINOS!: El hermoso y brillante pabellón que San Martín, Alvear y Urquiza llevaron altivamente en cien combates, haciéndolo tremolar con toda gloria en las tres más grandes epopeyas que nuestra patria atravesó incólume, ha sido vilmente enlodado por el jeneral Mitre, gobernador de Buenos Aires. La más bella y perfecta Carta Constitucional democrática republicana federal, que los valientes Entrerianos dieron a costa de su sangre preciosa, venciendo en Caseros al centralismo odioso de los espúreos hijos de la culta Buenos Aires, ha sido violada y mutilada desde el año sesenta y uno hasta hoi, por Mitre y su círculo de esbirros.
El Pabellón de Mayo que radiante de gloria flameó victorioso desde los Anades hasta Ayacucho, y que en la desgraciada jornada de Pavón cayó fatalmente en las febrinas manos del caudillo Mitre -orgullosa autonomía política del partido rebelde- ha sido cobardemente arrastrado por los fangales de Estero-bellaco, Tuyutí, Curuzú y Curupaití.
Nuestra Nación, tan feliz en antecedentes, tan grande en poder, tan rica en porvenir, tan engalanada en glorías, ha sido humillada como una esclava, quedando empeñada en mas de cien millones de fuertes, y comprometido su alto nombre a la vez que sus grandes destinos por el bárbaro capricho de aquél mismo porteño que, después de la derrota de Cepeda, lacrimando juró respetarla.
COMPATRIOTAS, desde que AQUEL usurpó el Gobierno de la Nación, el monopolio de los tesoros públicos y la absorción de las rentas provinciales vinieron a ser el patrimonio de los porteños, condenando al provinciano a cederles hasta el pan que reservara para sus hijos. Ser porteño, es ser ciudadano esclusivista; y ser provinciano, es ser mendigo sin patria, sin libertad, sin derechos. Esta es la política del Gobierno de Mitre.
Tal es el odio que aquellos fraticidas tienen a los provincianos, que muchos de nuestros pueblos han sido desolados, saqueados y guillotinados por los aleves puñales de los degolladores de oficio, Sarmiento, Sandez, Paunero, Campos, Irrazábal y otros varios oficiales dignos de Mitre.
Empero, basta de víctimas inmoladas al capricho de mandones sin lei, sin corazón y sin conciencia. Cincuenta mil víctimas hermanas, sacrificadas sin causa justificable, dan testimonio flagrante de la triste e insoportable situación que atrevesamos y que es tiempo ya de contener.
¡VALIENTES ENTRERIANOS! Vuestros hermanos de causa en las demás provincias, os saludan en marcha al campo de la gloria, donde os esperan. Vuestro ilustre jefe y compañero de armas el magnánimo Capitán Jeneral Urquiza, os acompañará y bajo sus órdenes venceremos todos una vez más a los enemigos de la causa nacional.
A ÉL, y a vosotros obliga concluir la grande obra que principaistes en Caseros. de cuya memorable jornada surjió nuestra redención política, consignada en las pájinas de nuestra hermosa Constitución que en aquel campo de honor escribisteis con vuestra sangre.
¡ARJENTINOS TODOS! ¡Llegó el día de mejor porvenir para la Patria! a vosotros cumple ahora el noble esfuerzo de levantar del suelo ensangrentado el Pabellón de Belgrano, para enerbolarlo gloriosamente sobre las cabezas de nuestros liberticidas enemigos.
COMPATRIOTAS: ¡A LAS ARMAS!... ¡es el grito que se arranca del corazón de todos los buenos arjentinos!
¡ABAJO los infractores de la lei! ¡Abajo los traidores a la Patria! ¡Abajo los mercaderes de cruces en la Uruguayana, a precio de oro, de lágrimas y de sangre Arjentina y Oriental!
¡ATRAS los usurpadores de las rentas y derechos de las provincias en beneficio de un pueblo vano, déspota e indolente!
¡SOLDADOS FEDERALES! nuestro programa es la práctica estricta de la Constitución Jurada, el orden común, la paz y la amistad con el Paraguai, y la Unión con las demás Repúblicas Americanas ¡¡Ay de aquel que infrinja este Programa!!
¡COMPATRIOTAS NACIONALISTAS! el campo de la lid nos mostrará al enemigo, allá os invita a recojer los laureles del triunfo o la muerte, vuestro coronel y amigo.
Campamento en marcha, Diciembre 6 de 1866. »

-Lo siento don Singulario pero me voy a meter, es fantástica su construcción y aunque podemos no compartir algunos de sus tramos, es muy injusto que se nos hayan escamoteado sus conceptos.
-Tal como lo venimos haciendo desde el inicio de nuestras columnas, siempre que podamos vamos a reproducir íntegros los documentos liminares de nuestra historia. Tenemos un alto grado de respeto a nuestros lectores como para darlos masticados a nuestro gusto. Que cada uno saque sus propias conclusiones.
La próxima semana haremos lo mismo con el Manifiesto que al decir de José Pablo Feinmann, junto al hoy publicado constituyen de los más altos momentos del pensamiento nacional argentino

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