Rosas

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miércoles, 11 de febrero de 2015

Muerte y funeral del Restaurador

Por Diego Lo Tártaro

Mis muchos años de coleccionista me permitieron adquirir un interesante papel que sin lugar a dudas es particular y único, se trata de una copia y traducción de una Crónica de un diario ingles el “The Hampshire Advertiser” de Southampton correspondientes al sábado 17 de marzo de 1877 y del miércoles 21 de marzo de 1877, en los que se informa el fallecimiento y funeral del General Don Juan Manuel de Rosas. Este documento realizado en Southampton por Liborio Justo hijo del Presidente Agustín P. Justo y que fue de su pertenencia lleva fecha diciembre de 1930.

Con motivo de su estadía en Inglaterra, Liborio Justo decide viajar a Southampton para visitar el cementerio donde descansaban los restos del General Juan Manuel de Rosas, su espíritu curioso e inquieto lo llevo a investigar y encontrar este diario de la época, lo copia y traduce. Hoy este verdadero y particular documento integra mi colección. Por lo interesante de su contenido paso a transcribirlo.


“The Hampshire Advertiser “ Southampton, Saturday March 17. 1877

MUERTE DEL GENERAL ROSAS


Su excelencia General Juan Manuel de Rosas, ex Gobernador y Dictador de la Confederación Argentina, murió a las 7 del miércoles, en su casa-quinta en Swathling alrededor de tres millas de Southamton. Había nacido el 30 de marzo de 1793 y por consiguiente dentro de una semana hubiera alcanzado los 84 años de edad. El fallecido que había residido en y cerca de Southampton en los últimos 25 años, fue atacado por una inflamación a los pulmones el sábado pasado después de haberse expuesto imprudentemente a la inclemencia del tiempo y, no obstante lo sabia y constante atención del Dr. John Wiblin, F.R.C.S., quien había sido su medico y amigo confidencial durante todo el período de su residencia en este país, sucumbió al ataque a la hora nombrada. Doña Manuelita de Rosas de Terrero, la devota hija y compañera del ex Gobernador, llego de Londres el lunes y estuvo en constante cuidado de su padre durante sus últimas horas. Su esposo, Don Máximo Terrero dejo Southampton hace apenas unas semanas el 24 de febrero, en el vapor “Minho” de la Royal Mail Company, para Buenos Ayres, con documentos auténticos y todo lo necesario para recuperar las propiedades de su esposa y las del General las cuales ellos heredaron. El difunto tenía un hijo (Coronel Rosas) quien en un tiempo residió en Southampton y que murió en Buenos Ayres hace algunos años. Tenía también una hija (Doña Manuelita de Rosas de Terrero) y esta señora tiene dos hijos de 18 y 20 años respectivamente, el mayor de los cuales ha completado el miércoles sus exámenes en la Escuela de Minas de Londres. El General Rosas fue derrocado el 3 de Febrero de 1852, por un ejército bajo la dirección del General Urquiza. Su ejército fue completamente derrotado, y el general y su hija Manuelita tuvieron que refugiarse en la ciudad de Palermo de donde escaparon durante la noche llegando a bordo del H.M.S. “Locust” en seguridad, y al día siguiente fueron transbordados al H.M.S. “Centaur”, Almirante Henderson, Se dijo entonces que se trasladaría a los Estados Unidos, pero el General Rosas llego a este país en el mes de abril siguiente habiendo sido traído en un barco de guerra ingles comandado por el capitán Day miembro de una familia de Souuthanpton. Cuando llego a esta ciudad el general tomo departamento en el Windsor Hotel hasta que pudo obtener una residencia conveniente. Esta fue encontrada en Rocketone-place, Carlton-terrace, donde residió por muchos años. Mientras estuvo en la ciudad el general acostumbraba a cabalgar por las calles casi diariamente en un hermoso caballo negro y su majestuosa forma y porte militar, junto con los arneses de su cabalgadura, siempre atraía mucha atención y admiración. Más tarde se traslado a la quinta en que ha permanecido hasta su muerte. Este lugar llamado quinta de Burguess-street, de una extensión de 300 o 400 acres rentado al difunto Mr. Jhon Fleming, de Stonchan Park, y en el invirtió mucho dinero, encontrando su mayor diversión y placer en cuidarla personalmente. El general había estado enfermo de gota por algunos años pero se lo podía ver constantemente cabalgando por los campos y su mayor satisfacción parecía ser montar a caballo y dar órdenes a los que él ocupaba. Su pasión de comando era tan grande que a nadie le era permitido hablar una palabra excepto para dar a comprender que había entendido una orden dada o para hacer preguntas. El general Rosas siempre pagó a los empleados y peones de su quinta alrededor de un tercio más de los salarios corrientes en el distrito, pero tenía la peculiaridad de tomarlos únicamente día por día. Cada hombre era pagado diariamente e informado si se le necesitaba o no al día siguiente. Este aspecto extraño de su carácter surgía de una determinación de no encontrarse atado nunca por compromisos permanentes, pero en el resultado los hombres se encontraban en empleo regular y pocos cambios eran hechos. Tan estrictamente disciplinarios fueron sus hábitos que el tiempo de trabajo de cada hombre era calculado hora por hora. Tenía siempre un sereno especialmente empleado invierno y verano para que tocase cada media hora durante la noche una gran campana colocada bajo la ventana de su dormitorio. Fue siempre una característica del fallecido pagar bien el trabajo que contrataba, pero era rígido en controlar que el trabajo se cumpliera. El general Rosas huyó de su país sin nada en forma de propiedad, pero poco tiempo después de su huida, el general Urquiza, uno de los generales de Rosas y quien habiase vuelto traidor el mismo en el curso del tiempo, sitio con éxito la cuidad de Buenos Ayres y levantó entonces la confiscación sobre las propiedades de Rosas, lo cual le permitió al refugiado obtener por la venta de una de sus estancias libras 16.000 o libras 20.000. Urquiza fue subsiguientemente expulsado de Buenos Ayres a las provincias y las propiedades del general Rosas fueron nuevamente confiscadas. Su mano fue en general extendida a todos los que estuvieron en contacto con el, y sus actos de generosidad fueron ilimitados mientras duro su fortuna. En los últimos años de su vida el ex Gobernador dependía enteramente de los amigos de su familia y del esposo de su hija. Por muchos años el general Rosas y el difunto Lord Palmerston cambiaron visitas frecuentemente en Rockatone-place, en la quinta de Swathling y en el “manor” de Broadlands, y la más amistosa correspondencia fue mantenida entre ellos. Por voluntad del difunto general sus estados y propiedades en la Confederación Argentina han sido dejadas a su hija y su yerno, quienes son también los ejecutores de su última voluntad y testamento. El muerto era católico romano. Su funeral será estrictamente privado, tendrá lugar en el Cementerio de Southampton en el próximo martes habiendo sido confiados los arreglos pertinentes a los Sres. Hayes e hijo, de la calle Hign.

The Hampshire Advertiser” Southampton, Wednesday March 21, 1877

FUNERAL DEL GENERAL ROSAS


Muerte
El funeral de Su Excelencia General Juan Manuel de Rosas, ex Gobernador y Dictador de la Confederación Argentina, cuya muerte es su casa-quinta de Swarthling, el miércoles pasado, fue anunciada en el Advertiser del sábado, tuvo lugar ayer (martes) sus restos habiendo, sido enterrados en una bóveda en el Cementerio de Southamton. El difunto era católico romano y el lunes a la tarde entre las 7 las 8, el féretro fue trasladado de la casa-quinta a la Capilla Católica de la calle Bugle, Southampton donde se verificaron las ceremonias usuales de la Iglesia Romana y donde permaneció hasta ayer por la mañana. Alrededor de las 11 se celebró un servicio completo, conducido por el Rev. Padre Gabriel, en ausencia del Rev. Padre Mount, el párroco, quien se encuentra actualmente en el Continente. A la conclusión del servicio, el cual fue de carácter más impresionante, el féretro (cubierto con un paño negro con una gran cruz blanca) fue colocado a una carroza tirada por cuatro caballos con mantas de terciopelo. El resto del cortejo consistía en dos coches fúnebres y el carruaje del Dr. Wiblin, F.R.C.S., quien había sido el médico y amigo confidencial del General en todo el periodo de su residencia en este país. En el primer coche iba el Barón de Lagatinerie (Capitán de Estado Mayor, Agregado al Estado Mayor General del 2° Cuerpo de Ejercito, Amiens, y sobrino del fallecido), Sr. Manuel Terrero (nieto del fallecido) y el Rev. Padre Gabriel. En el segundo coche iban los sirvientes del difunto general y de la Sra. Terrero y en el carruaje del Dr. Wiblin, este y Mr Fleming, procurador de Londres. El servicio en el cementerio fue muy corto y como el funeral era de naturaleza estrictamente privada, la concurrencia a la tumba no fue tan numerosa como sin duda hubiera sido de otra manera. El féretro era de roble ingles, lustre francés y con esplendidos ornamentos de bronce. En la tapa llevaba una placa de bronce con la siguiente inscripción hermosamente iluminada.

Juan Manuel de Rosas
Born 30th March 1793
Died 14th March 1877

Los arreglos del funeral fueron confiados a los Sres. E.Mayer e Hijo de la calle High y conducidos bajo vigilancia personal de una forma enteramente satisfactoria.

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