Rosas

Rosas

sábado, 28 de febrero de 2015

¿POR QUE ROSAS SE FUE A INGLATERRA DESPUES DE CASEROS?

por José María Rosa
Es una pregunta que he oído muchas veces; antes que nada debe decirse que Rosas no era antibritánico sino argentino, que no es lo mismo: luchó contra los ingleses cuando se metieron con nosotros, y los respetó cuando nos respetaron.  No tenía motivo de inquina contra ellos después que reconocieron la victoria argentina en el tratado Southern-Arana de 1849.Con los ingleses se entendió bien; con quienes nunca pudo entenderse fue con los anglófilos.  A los ingleses les pasó lo mismo. Quisieron vencer a Rosas y este contestó a la agresión con el gesto heroico de la Vuelta de Obligado.
Pero estar en guerra contra extranjeros no significa odiarlos: los ingleses eran patriotas que combatían por el engrandecimiento de su patria, y Rosas era un patriota que luchaba en defensa de la suya. Los ingleses, como los franceses, admiraron el gesto de Rosas: ellos hubieran hecho lo mismo de haber nacido argentinos.  Lord Howden llegado a Buenos Aires por 1847 para hacer la paz, fue apasionado admirador de Rosas.  Lo cual no quiere decir que dejara de ser muy inglés y tratase de sacar las ventajas posibles para su patria.Para el buen inglés no había cotejo posible entre Rosas y los unitarios. Aquél era un enemigo de frente, que los había vencido en buena lid, y digno de todo respeto; en cambio éstos eran agentes sin patria que necesitaba como auxiliares en la guerra, pero a los cuales despreciaba.  Los pagaba, y nada más.Esta posición de los imperios con sus servidores nativos, no la pudo entender Florencio Varela cuando fue a Londres en 1848 a gestionar a Lord Aberdeen la intervención permanente británica en el Plata, el apoderamiento por Inglaterra de los ríos argentinos, y el mayor fraccionamiento administrativo de lo que quedara de la República Argentina.
Fue don Florencio a Londres muy convencido de que los ingleses lo recibirían con los brazos abiertos por estas ofertas, pero Aberdeen lo echó poco menos que a empujones del despacho: le dijo claramente que Inglaterra no necesitaba el consejo de nativos para dirigir su política de expansión en América, y sabía perfectamente lo que debería tomar y cuándo podía tomarlo; que Varela se limitara a recibir el dinero inglés para su campaña en el “Comercio del Plata” en contra de la Argentina, sin considerarse autorizado por ello a alternar con quienes le pagaban.Otra cosa les ocurre a los imperialistas con los nacionalistas.  Los combaten con todas las armas posibles; pero íntimamente los respetan y admiran. Es comprensible que así sea. Tampoco un nacionalista odia a un imperialista: luchará contra él hasta dar o quitar la vida en defensa de la patria chica, pero no tiene motivos personales para malquerer a quien sirve con toda buena fe el mayor engrandamiento de la suya.
Ambos – imperialistas y nacionalistas – podrán ser enemigos en el campo de batalla o en la contienda política, pero se comprenden, pues a los dos los mueve la pasión del patriotismo. Este de su patria chica. Aquél de la grande. No se puede odiar aquello que se comprende. En cambio al cipayo que vende su patria, no lo comprenden ni unos ni otros. Los imperialistas lo emplean a su servicio, pero lo desprecian.Un auténtico nacionalista no es un anti: su verdadera posición es afirmativa y no negativa. En cambio un cipayo puede ser un anti: empieza, por ser antipatriota, y sigue por oponerse a todo imperialismo que no sea el de sus preferencias.En tiempos de Rosas había unitarios antibritánicos por profranceses, o antifrariceses por proingleses.
Como hoy encontramos antisoviéticos, antiyanquis o antibritánicos, por ser defensores de otro imperialismo foráneo.
Un verdadero argentino no entiende esas oposiciones: combatirá con uñas y dientes al imperialismo que quiera mandar en nuestra tierra, exclusivamente por ese hecho y sin llevar la lucha más allá.
Así lo hizo Rosas. Luchó contra los invasores europeos en Obligado y en cien combates y luchó contra sus auxiliares nativos.
Venció a aquéllos, y les tendió la mano de igual a igual una vez que se comprometieron (en los tratados en 1849 y 1850) a reconocer la plena soberanía argentina. Perdonó a éstos en sus leyes de amnistía por deber de humanidad, pero no les tendió la mano de igual a igual: fueron siempre los “salvajes” sin patria que ayudaron al extranjero.Por eso Rosas vivió sus últimos años en Inglaterra. Lo rodeaban gentes que sabían lo que era el sentimiento de patria y admiraban al Jefe de aquella pequeña nación americana que los venciera en desigual guerra.
Por otra parte, Rosas no eligió el lugar de su exilio: el “Conflict” que lo llevó a Europa lo dejó en el puerto de Southampton, y allí se quedó los veinticinco años que le restaban de vida.
Da la impresión de que, no siendo su patria, todo otro lugar era indiferente a ese gran criollo que fue Juan Manuel de Rosas.

16 comentarios:

  1. Viva la Federación y Don Juan Manuel de Rosas

    ResponderEliminar
  2. Muy interesante y enriquecedor artículo.

    ResponderEliminar
  3. ... un comentario, una expresión de deseos del autor, sin fuente ni cita,...con una salvedad en último párrafo para el caso de que no nos conformen los diez anteriores,...en fin...

    ResponderEliminar
  4. Interpretación novelesca sin sustento histori6ni documental

    ResponderEliminar
  5. Puras especulaciones. Es más probables que Rosas haya sido un hermano de tres puntos, y entre bomberos no se pisan la manguera. El que valía era Facundo, no este sujeto rifador de la patria.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. donde están tus pruebas? de seguro vos sos un masón que quiere crear divisiones en el revisionismo!

      Eliminar
    2. Las pruebas están en Inglaterra. La tumba de Rosas ya tiene simbolismo masón, y si se indaga un poco sobre la vida de él en Inglaterra salta a la vista que estaba rodeado de masones. Los rosistas se quedan en silencio absoluto cuando tienen que investigar sobre la vida de Rosas en la isla (o saltan con estas ficciones a lo Rosa), ¿casualidad?

      Eliminar
  6. perdonen, pero que tontería decir que Rosas fue masón. Y este es un artículo, no un paper ni mucho menos una monografía. Aunque es cierto que una cita hubiese estado muy bien.
    Pero uno desprende totalmente este sentido que da Pepe Rosa cuando lee a Ibargurem o a Galvez. Y uno ve como los diplomáticos británicos tenían en gran respeto a Rosas.
    Lo acusan de masón sin pruebas.

    ResponderEliminar
  7. Rosas en Inglaterra? - Marcelo Gullo te lo explica en 7 minutos:
    https://www.youtube.com/watch?v=5kkdUi2dOak
    Para más datos:
    https://drive.google.com/file/d/1N0HMbFxHrb7Mgj3tULKKdlUjn8zbpnUb/view

    ResponderEliminar
  8. Inglaterra vivía de las invasiones es un pueblo que por siglos su tarea era vivir del trabajo ajeno , no se puede considerar "patriótico" porque resulta ofensivo a nuestros ojos

    ResponderEliminar
  9. Muy buen artículo, muy descriptivo. Aportó como complemento, que alguna vez leí que los ingleses le daban la plata a Florencio Varela con una pinza, "porque un inglés nunca le da la mano a un traidor a su patria".

    ResponderEliminar
  10. Muy buen artículo, muy descriptivo. Aportó como complemento, que alguna vez leí que los ingleses le daban la plata a Florencio Varela con una pinza, "porque un inglés nunca le da la mano a un traidor a su patria".

    ResponderEliminar
  11. Los grandes TRAIDORES de la ARGENTINA fueron y son los masones unitarios. VIVA POR SIEMPRE EL GRAN CAUDILLO FEDERAL CATÓLICO Y NACIONALIATA DON JUAN MANUEL DE ROSAS.

    ResponderEliminar
  12. O sea termino en Inglaterra por la mera casualidad de que el barco atracó ahí? Me da la sensación que faltan mayores pruebas para contestar la hipótesis planteada. Algún nexo con Inglaterra unía a Rosas, de esto no hay dudas.

    ResponderEliminar