Por Julio R. Otaño
Retrato de Manuel Belgrano realizado en Londres (1815) por el artista francés Francois Casimir Carbonnier, para quien posó Belgrano durante su misión diplomática en la capital inglesa.
Dice Bonifacio del Carril de esta obra de gran valor histórico-artístico: “En 1815, el prócer se encontraba en Londres en el desempeño de su misión diplomática con Rivadavia. Allí, posó ante uno de los mejores retratistas, entonces en boga en la capital británica, el francés Francois Carbonnier, discípulo de David y de Ingres".
El retrato de Belgrano es verdaderamente magnífico. Este retrato fue copiado varias veces en el siglo XIX, entre otros, por Prilidiano Pueyrredón”. La obra llegó a Buenos Aires en abril de 1822; pasó al poder de Miguel Belgrano, hermano del prócer, y luego a sus descendientes. Es la figura más popularizada del prócer.
Según la familia Belgrano es el único retrato fidedigno del General
¿Y cómo probar que el autor era Carbonnier, si está sin firma alguna? La prueba, un tanto endeble, es un soneto anónimo y manuscrito que guardaban los Belgrano.
El cuadro actualmente se conserva en el Museo Municipal de Artes Plásticas Dámaso Arce de Olavarría. La obra, un clásico de todos los manuales de historia, fue declarada Patrimonio Municipal en esa localidad de Buenos Aires, en 1996. Donde aún hoy se conserva.
Un cuadro codiciado
por su valor. Una obra única, el
original frente a tantas copias. Retrata a un hombre humilde, honrado y
patriota, que pese a haber tenido una cuna de oro murió en la pobreza
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