El 30 de noviembre de 1912 nació en el barrio porteño de Flores, Piero Bruno Hugo Fontana, sus padres eran italianos, Hugo Fontana era pintor y arquitecto nacido en Milán, su madre Orsolina Bertani nació en Regio de Emilia. A los dos años sus padres se separaron y lo entregaron al cuidado de una familia amiga formada por Francisco y Alina Faure, este abandono lo marcó fuertemente por el resto de la vida: “Yo fui abandonado por mis padres cuando tenía dos años y nunca los perdone”. “Me crié de casa en casa, rodando. Pero después cuando mis padres estuvieron mal los cuidé hasta que murieron. Eso sí, jamás fui a visitar su tumba porque nunca los perdoné. Yo soy así”. De muy joven se inició en la radio como locutor, pero siempre tuvo en claro que su objetivo era ser cantante de tangos. Se esforzó por mejorar su canto estudiando con una soprano, quién le sumó técnica a sus condiciones naturales. En 1929 comenzó en Radio del Pueblo, allí colaboró con los coros de la mayoría de las orquestas que pasaban por la emisora, utilizando diversos nombres artísticos. Posteriormente conformó el dúo Acuña-Del Carril en donde adoptó definitivamente el nombre Hugo del Carril, fue precisamente el otro integrante, Roberto Acuña, quién lo bautizó de esa manera, el dúo duró cuatro años, hasta que se produjo la muerte de Acuña. El director de radio Nacional lo convocó para actuar como solista con el acompañamiento de guitarras. En 1936 grabó para discos Víctor con la orquesta de Tito Ribero, quien luego se convertiría en su director y asesor musical. Ese mismo año participó en la película “Los muchachos de antes no usaban gomina” donde cantó el tango “Tiempos viejos” cuya autoría era del director de la película Manuel Romero, con la música de la orquesta de Francisco Canaro. Alentando por Manuel Romero, que quedó muy conforme con su actuación en esa película, inició una carrera de actor que le permitió obtener una gran repercusión popular. Fue protagonista de grandes películas como "La vuelta de Rocha" (1937), "Tres anclados en París (1938), "Madreselva" (1938), "La vida es un tango (1939), "La vida de Carlos Gardel" (1939), "Gente bien" (1939), "El astro del tango" (1940), "Confesión" ( 1940), "La canción de los barrios" (1941), "En la luz de una estrella" (1941), "Cuando canta el corazón" (1941), "La novela de un joven pobre" (1942), "Amor último modelo" (1942), "Pasión imposible" ( 1943), "La piel de zapa" (1943), "Los dos rivales" (1944), "La cabalgata del circo" (1945), "La cumparsita" (1947), "Pobre mi madre querida" (1948), "El último payador" (1950), "Senda sin culpa" o "A media luz" (1950), "Vida nocturna" (1955), "La Tierra del Fuego se apaga" (1956) y "El último perro" (1956).
En la filmación de la película “La cabalgata del circo” conoció a María Eva Duarte de quién comentó: “Con ella hablábamos de muchas cosas, pero especialmente de las necesidades de la gente humilde. Ella se sentía predispuesta a esa gente por su origen que jamás negó”. En los años del peronismo el cine fue una de las industrias que más creció, Hugo del Carril declaró al respecto: "Aquella fue una época en la que se dio un fenómeno único, en la que se hicieron las películas más importantes. Y sobre todo no había problemas económicos, porque era un cine popular que encontraba apoyo en el público. Además, como existían férreas restricciones a los filmes extranjeros, la producción tenía la posibilidad de defenderse mucho mejor...".
Pero su éxito como actor no lo alejaron de su vocación y su pasión por el canto, siguió actuando en distintas radios y en los más variados escenarios, que incluyó giras por el Interior del país y otros países de América. Firmó un convenio con el sello Odeón donde grabó canciones que se convirtieron en grandes éxitos. Le puso la voz a títulos inolvidables de nuestra música popular como “Percal”, “Nostalgias”, “Nada más”, “Betinotti”, “Pobre mi madre querida”, “Sosiego en la noche”, “Nubes de humo”, “Buenos Aires”, “Tres esquinas”, entre otros. En 1933 se presentó en el tradicional y prestigioso teatro Solís de Montevideo, luego viajó a Chile y Colombia. Su gira más notoria la realizó en 1941 donde consiguió gran repercusión en Cuba, en este país sus películas eran un éxito y el tango obtenía más repercusión que algunos ritmos caribeños. En 1946 en México protagonizó las películas “Canción desesperada” y “La noche y tú” con singular éxito y donde se lució interpretando temas como “Compadrón”, “Che, papusa, oí” y “Pobre mi madre querida”, tema éste último sobre el que luego se realizaría una película. También incursionó en la dirección cinematográfica, su debut fue con “Historia del 900”(1949), también fue el realizador de "Surcos de sangre" (1950), “El negro que tenía el alma blanca" (1953), “La quintrala”(1955), “Mas allá del olvido”(1956) . Pero su mayor éxito fue “Las aguas bajan turbias”(1952) donde puso en evidencia su compromiso social y político. Según el crítico cinematográfico Fernando Perales “Las aguas bajan turbias” podría ubicarse entre las cinco o diez mejores películas argentinas de todos los tiempos. Se relata la vida de los mensúes, los trabajadores de los yerbatales de la Mesopotamia y la explotación de la que eran víctimas, también se propuso mostrar la importancia de la solidaridad entre los trabajadores que se plasmaba mediante la lucha sindical, única herramienta con que contaban para enfrentar a patrones que eran los amos y señores de la región. Además la película contenía escenas de hondo realismo caracterizadas por un contenido violento que podía molestar a ciertos espectadores más acostumbrados a contenidos mucho más suaves. A pesar que podría decirse que la película tenía un cierto tono partidario al contrastar la situación previa a la llegada del peronismo con esos días de justicia social, Hugo del Carril tuvo problemas con la burocracia peronista, principalmente con el censor Raul Apold que le significaron la exclusión de algunos de sus trabajos, porque esta película se basa en el libro de un escritor con ideas de izquierda, Alfredo Varela, que se encontraba detenido en los días de filmación, Del Carril hizo gestiones ante Perón para que fuera liberado, tratativa que concluyó con éxito. "Las aguas bajan turbias" recibió varios premios como el "Diploma de honor" (Festival de Venecia de 1952), la "Espiga de oro" (Festival Internacional de la Exposición Agrícola de Roma en 1953) y "Mejor película de habla hispana" (Asociación de Críticos de Radio Cine y Teatro del Perú, 1953). Hugo del Carril era un porteño cabal, que a pesar de las múltiples actividades se hacía tiempo para frecuentar la barra del café, donde compartía sueños y proyectos con Homero Manzi, Enrique Santos Discépolo y Mario Soficci, entre otros. También concurría a las carreras de caballos y era un fumador empedernido. En 1957 sufrió un preinfarto estando en Uruguay producto del consumo de 80 cigarrillos diarios.
Sus firmes convicciones Fue un cantante y actor que ya había alcanzado el éxito antes de la llegada del peronismo, no necesitaba definirse políticamente, por su fama difícilmente alguien se hubiera animado a molestarlo, si lo hizo fue por una firme convicción que lo impulsaba a defender a los más humildes, siempre mantuvo un espíritu independiente que lo llevó a tener encontronazos con la burocracia, pero sus problemas más graves fueron a partir del 1955 con el golpe de estado. Como hemos visto con otros artistas o intelectuales que adhirieron al peronismo su obra es minimizada o directamente ocultada, esto ocurrió con Hugo del Carril al igual que con Leopoldo Marechal, el caso de Discépolo tal vez sea distinto pues se le reconoció su capacidad pero al precio de mantener en el silencio su apoyo al movimiento popular, se habla de Cambalache pero muy raramente se recuerda su personaje Mordisquito. Además Discépolo murió antes de 1955 por lo que los golpistas no pudieron ejercer la venganza contra su persona. Hugo del Carril entabló una relación de amistad con el Gral. Perón desde el momento que lo conoció, así relataba una de sus anécdotas de los encuentros con el líder: "Un día me llaman para ir a cantar en la Residencia Presidencial. Voy y le digo a Homero Manzi, que ya estaba en sus últimos días: '¿Qué canto, Gordo? No puedo ir a cantarles "Mano a mano"'. Manzi me miró con calma, pidió papel y lápiz y me dijo que esperara un rato. Una hora después me entregó dos milongas, como de catorce pies cada una. La primera se llamaba ´Milonga a Perón´ y la otra, ´Milonga a Evita´. Las canté con el ritmo tradicional de la milonga pampeana. A Perón le corrieron las lágrimas...".
Pero su asociación indisoluble con el peronismo se dio cuando en 1949 decidió poner su voz a la Marcha Peronista. El pianista Norberto Ramos que integró la orquesta de Florindo Sassone, fue convocado en 1948 por un grupo de obreros gráficos para que le pusiera música a una letra que habían escrito esos trabajadores con el fin de contar con una marcha para el sindicato. Se estrenó el 2 de mayo de 1948 con el título: “Los gráficos peronistas”, nada menos que en el Teatro Colón interpretada por una orquesta sinfónica y el coro estable, en dicha presentación se encontraban presente Perón y Eva, la ejecución provocó un alto impacto entre los presentes. Luego se le cambió la palabra gráficos por muchachos y quedó instaurada como la marcha del movimiento. Rafael Lauría y Oscar Ivanisevich escriben la letra que se conoce en la actualidad. Esta versión no niega que Norberto Ramos haya contribuido con alguna parte de la música, aunque la melodía ya existía anteriormente. Hugo del Carril la grabó en 1949, alguna vez dijo: "Grabé centenares de tangos, pero hasta que me muera me van a recordar por la marchita...".
Producido el golpe de estado de 1955 estuvo detenido 41 días y luego decidió partir hacia el exilio en México, aún cuando pudo seguir trabajando por su popularidad en aquél país, que siempre fue generoso con los exilados argentinos, vivió ese destierro con mucha tristeza, todo lo que había producido en cuando a música y cine estaba relacionado con su tierra. Algunas de sus películas que se encontraban en la cartelera de los cines argentinos fueron bajadas, la dictadura no quería que quedaran rastros de este extraordinario artista. Retornó al país con el gobierno de Frondizi donde volvió a filmar y desarrolló varios proyectos algunos vinculados con el espectáculo y otros no, montó “La carpa del pueblo” con la finalidad de difundir la música nacional, particularmente el folklore y el tango, pero aclaró que también “música moderna, pero nuestra”.
En cuanto a su vida sentimental tuvo una relación con la actriz Ana María Lynch con quién filmó en 1941 “En la luz de una estrella”, cuando se separaron, ella se radicó en los Estados Unidos donde siguió actuando. También tuvo una relación con la actriz Gilda Lousek a la que conoció en la filmación de “Una cita con la vida”. En 1959 conoció a una empleada de SADAIC, Violeta Courtois, se casaron en 1971 después de una larga convivencia, tuvieron cuatro hijos Marcela Alejandra, Hugo Miguel, Amorina Eva y Eva Cristina. El padrino de todos ellos fue nada más ni nada menos que el general Perón, que estando en el exilio apelaba a un emisario que lo representaba en las ceremonias de bautismo. También trabajó intensamente en la televisión argentina a su retorno del exilio, en 1962 participa en la miniserie “La Calesita” por Canal 9. El 1963 en el canal 7 fue la figura estelar de “El show de CAP”. Alejandro Romay dueño principal de canal 9 lo convocó en reiteradas oportunidades, se puso en el aire el sainete “El conventillo de la Paloma” donde ocupaba el rol protagónico. En el canal 7 en 1971 protagoniza el programa “Del pueblo” que se basaba en el espectáculo que presentaba en “La carpa del pueblo”. En 1972 en canal 11 participa en el programa “El tango del millón” que producen los hermanos Sofovich. Romay lo vuelve a convocar en 1975 para realizar en el canal 9 una serie de espectaculares. Durante un 1976 protagoniza el afamado ciclo “Grandes Valores del Tango”, pero producido el golpe de estado, en una actitud que lo enaltece, decide dejar la televisión y no participar ni siquiera de reportajes.
A su regreso del exilio protagonizó una larga serie de películas como "Che, Buenos Aires" o "Buenos Aires, Buenos Aires" (1960), "El día que me quieras" (1969), "Viva la vida" (1969), "Amalio Reyes, un hombre" (1970), "La mala vida" (1972), " Siempre fuimos compañeros" (1973) y "El canto cuenta su historia" (1976). También retornó a la dirección cinematográfica con títulos como "Una cita con la vida" (1958), "Las tierras blancas" (1959), "Culpable" (1960), "Amorina" (1961), “Esta tierra es mía" (1961), "La calesita" (1963), " La sentencia" (1964), "Buenas noches, Buenos Aires" (1964) y "Yo maté a Facundo" (1975). En 1962 dirigió dos películas en las que trabajaba Tita Merello, “Amorina” y “Esta tierra es mía”, la actriz y cantante declaró sobre el método de trabajo de Del Carril: “Ni sueñen que es fácil trabajar con él. Hugo es muy exigente. Con el hay que ensayar y ensayar, y solo cuando considera que se ha alcanzado el punto ideal, se pasa a filmar”.
El 6 de marzo de 1980 debutó en Caño 14 ante un público enfervorizado. Siempre mostró una sensibilidad muy especial, cada vez que se enteraba de que un colega pasaba por un momento difícil se acercaba para ayudarlo si su situación económica se lo permitía, o bien para hacerle llegar una palabra de aliento. En 1982 declaró: “Todas las noches, cuando me acuesto, recorro a mis muertos. La lista es cada vez más larga, pero los voy evocando lentamente. Recuerdo a cada uno de mis viejos amigos y disfruto de nuevo los momentos felices que pasé con ellos. Eso me acerca a Dios, y así, despacito… me quedo dormido”. El 12 de abril de 1986 recibe un duro golpe con la muerte de su esposa Violeta. Ese mismo año fue designado Ciudadano Ilustre de Buenos Aires en una ceremonia presidida por el intendente radical Julio Cesar Saguier, cuando un grupo intentó entonar la Marcha Peronista, expresó: "Compañeros, sería una falta de respeto para los autoridades que aquí se encuentran presentes". El 16 de enero de 1988 Hugo Del Carril ingresó a la sala de terapia intensiva del Hospital Privado de Mar del Plata con un complejo cuadro de infarto de miocardio. La recuperación fue lenta y progresiva, lo suficiente para asistir a un homenaje que se le realizó al cumplirse 50 años de su primera actuación. El 8 de septiembre de 1988 se realizó el homenaje a Hugo del Carril en el Luna Park, Lionel Godoy fue el encargado de la dirección general y la animación, actuaron entre otros. Nelly Omar, Virginia Luque, Jorge Sobral, Nelly Vazquez, Carlos Acuña, Alberto Castillo, Hugo Marcel, Roberto Goyeneche, Hugo del Carril(h), Nestor Fabian, Leopoldo Federico, Atilio Stampone. Hugo murió el 13 de agosto de 1989 a las 19.40 en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires, a causa de una descompensación cardíaca.
Fue velado en el Salón de los Pasos Perdidos del Concejo Deliberante porteño. Una multitud de admiradores lo despidió. Sus restos descansan junto a los de su esposa Violeta en una bóveda en el cementerio de Olivos. Hugo del Carril tuvo mucho de esos héroes que interpretaba en sus películas, dispuesto a jugarse la vida por el honor y las convicciones, muchos lo quisieron con fervor, unos pocos tal vez lo odiaron pero no a su persona sino por las ideas que nunca dejó de sustentar aún en los momentos más peligrosos. Se comenta que luego del golpe de 1955 un jefe militar lo entrevistó cuando se encontraba detenido, le ofertó no ser molestado y la posibilidad de continuar con su carrera plagada de éxitos a cambio de que realizar unas declaraciones contrarias a Perón, le bastó una palabra para explicarse “¡Jamás!”, tal vez esa sola palabra haga innecesarias todas las demás que debimos utilizar para escribir esta biografía de Hugo del Carril
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