Por el Prof. Jbismarck
Durante la presidencia de Mitre se instalan las bases fundamentales del proyecto agroexportador:
a) Bancos: en 1862 se instala el Banco de Londres y Río de la Plata. También en 1862, la sucursal del Banco de Londres y Brasil. En 1863, se funda el Banco Británico de la América del Sud.
b) Ferrocarriles: en 1862, se inicia la construcción del F.0 del Sur. En 1863, del F.C. Argentino yen 1864, del Ferrocarril del Este. El Ferrocarril del Pacifico se aprueba bajo el gobierno de Sarmiento en 1872. La red de ferrocarriles en abanico, trazada por el capital inglés, se constituirá -como diría Scalabrini Ortiz- «en la telaraña metálica que aprisiona a la mosca de la República», sellando su destino agroexportador, con punta en el puerto de Buenos Aires. Es decir: una economía complementaria, subordinada, destinada a producir carnes y cereales baratos y a importar manufactura europea, especialmente inglesa; un país donde impere «el primitivismo agrario», sin industrias, sin hidroelectricidad, sin explotación minera, ni pesquera, circunscripto al litoral.
El historiador inglés Ferns afirma: «... La presidencia del general Mitre fue la señal de una fundamental decisión política de toda la sociedad argentina. Una vez tomada la decisión política primaria a favor de la expansión económica y de la integración del país en la comunidad y los mercados internacionales, era posible la adopción de múltiples decisiones secundarias... La nueva época fue una época de inversión de capital y de libre comercio... y venía a responder a un ritmo acelerado de desarrollo que se estaba verificando al otro lado del Atlántico... La respuesta que recibió fue casi instantánea. Al cabo de tres años, hombres de negocios e ingenieros británicos habían establecido bancos y compañías ferroviarias y tranviarias en la Argentina...»
En la Historia de la Academia, se reconoce que: «...Vélez Sársfield como ministro de Hacienda, enunció otros proyectos y la declaración terminante según la cual era necesario producir un cambio completo, acabar con el sistema protector de las leyes de nuestra aduana, acabar con las industrias preferidas, traer los capitales, sean de la naturaleza que fuesen, a iguales condiciones y a iguales contribuciones...»
La consolidación de la oligarquía porteña y de su proyecto semicolonial se compaginó necesariamente con una política exterior, por sobre todo, antilatinoamericana, expresada en la guerra de la Triple Alianza que destruyó al Paraguay progresista de los López. Esta tendencia se manifiesta de manera permanente en el mitrismo.
En 1856 se firmó un tratado entre Chile, Perú y Ecuador, de sentido latinoamericano. Perú intenta después la posterior adhesión de otros países latinoamericanos. Entonces, el 22 de noviembre de 1862, Mitre y su canciller Elizalde manifiestan su rechazo a la idea: «... La Unión Americana con los propósitos y en la forma que se pretendía crear hasta entonces era imposible e inconveniente según el gobierno argentino...»
Poco después al reunirse en Lima un congreso de países del Pacífico, Sarmiento concurre aceptando una invitación dirigida a asegurar la unión con Chile. Mitre lo desaprueba el 10 de diciembre de 1864. Allí dice Mitre que una de las bases fundamentales de la política argentina consiste en no tomar parte de un congreso Americano como el reunido en Lima... Hernández sostiene que Mitre y Elizalde rechazan la invitación al tratado afirmando «... que la República Argentina está identificada con la Europa hasta lo más que es posible...» y que «... la América independiente no puede nunca formar una sola entidad política...» Así, mientras nos liga económicamente, como apéndice, al Imperio Británico, la clase dominante se vuelve hacia Europa, rechazando la bandera de la Unión Americana levantada por Felipe Varela.
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