Rosas

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sábado, 8 de febrero de 2020

El Huevo de la Serpiente: La República de la Mesopotamia, Urquiza, los Madariaga y los logistas de Montevideo


Por el Prof. Jbismarck
Florencio Varela, con su indiscreción de periodista, anuncia públicamente en El Comercio del Plata el próximo pronunciamiento de Entre Ríos y su liga con Corrientes para “salvar el libre comercio y la libre navegación de los ríos.    En abril de 1846, según la srta. Bosch (panegirista de Urquiza) en su libro  “Los tratados de Alcaraz” (erudito trabajo sobre los traspiés de Urquiza durante la intervención anglofrancesa), un comandante de la escuadra anglofrancesa, que no se nombra, llegado a Paraná después de la Vuelta de Obligado, consideraba que “con el levantamiento del Paraguay, Entre Ríos y Corrientes contra Rosas, este problema de la libre navegación del Paraná tendrá entonces probabilidades de solución”.  La misma Bosch documentándose en una carta del gobernador delegado Crespo a Urquiza del 27 de mayo revela que los comandantes de los buques anglofranceses, en vísperas de ser escarmentados por los argentinos en las baterías del Quebracho, "rindieron honores” a las autoridades provinciales en Paraná el 25 de mayo y cargaron y descargaron de los buques del convoy mercaderías por cuenta de Urquiza.
En enero de 1846 al marchar Urquiza a Corrientes permitió la entrada y salida de buques sin averiguar su procedencia,  para disimular patrióticamente que se trataba de los buques del convoy cuyo comercio en los puertos litorales estaba prohibido.   Urquiza y Crespo realizaron negociados con los invasores. Después del regreso del convoy, ambos socios siguieron su contrabando con Montevideo con anuencia de los bloqueadores.  Sin haber declarado aún la independencia de la república de la Mesopotamia, Urquiza y Crespo actuaban comercialmente como si pertenecieran a un estado neutral en el conflicto de la Confederación Areentina con Gran Bretaña y Francia
Monumento al General Madariaga, Paso de los Libres.jpg
En mayo, mientras Rosas daba instrucciones a Urquiza para aceptar en la Federación, “si era digno”, a Madariaga, y la Gaceta Mercantil publicaba el 11 de mayo un elogioso editorial “sobre la buena inteligencia para reingresar en la Confederación” del gobernador de Corrientes, Madariaga escribe a Urquiza el 4 del mismo mes mostrando que los dos están en otra cosa: “Ahora no trepido en asegurarle que mis deseos tienden a que el Entre Ríos y Corrientes formemos una masa indisoluble de la que V. debe persuadirse que será el primer hombre”. En la misma fecha Juan Madariaga incitaba a Urquiza a la demorada independencia de la Mesopotamia: “Nada hay que embarace a V.E. a no desperdiciar la más bella de las ocasiones para que con elevada gloria obtengamos la dicha y sólida paz, que dé un venturoso porvenir a estos países”.
Madariaga, aliado de Paraguay, debe informar a López del paso que va a tomarse. En abril había mandado a Juan Bautista Acosta a Asunción para “acordar con el presidente López una pronta contestación a Urquiza en términos conducentes a desprenderlo del tirano a quien sirve , explicar la cesantía de Paz, pedir se aumentase el contingente paraguayo a 5.000 infantes y 3.000 de caballería. 
Urquiza no se resolvía a “pronunciarse”, indudablemente porque el 4 de junio la escuadra anglofrancesa recibió el castigo del Quebracho y no parecía dispuesta a arriesgarse otra vez al norte del Paraná. El 16 Joaquín Madariaga quiere quitarle dudas:
"Nada recele de la intervención. Al contrario sus miras nos son favorables en cuanto al deseo de abrir nuestros canales al libre comercio que Buenos Aires ha monopolizado por tantos años. Considere Vd. a qué altura pueden llegar Entre Ríos y Corrientes gozando de esa franquicia en media docena de años de paz y de unión ¿qué será a la vuelta de doce y más allá? .. . Animo, pues, general: deseche de su grande alma mezquinos escrúpulos que no deben encadenarla, porque le privarían del destino permanente y glorioso a que es V. acreedor por lo mucho que puede hacer en pro de nuestra patria”.
En la misma fecha Madariaga presenta a Urquiza un plan: “Entre Ríos y Corrientes convienen en separarse de la Confederación Argentina hasta que ésta, en perfecta paz y libertad, reúna un congreso general que se dé su constitución, etc. Ambas provincias se conciertan para      propender a ese objeto con todo su poder e influencia. El gobierno de Entre Ríos será el encargado          de las relaciones exteriores”.
La Mesopotamia no aparecería desgarrándose de la Argentina sino separándose provisoriamente hasta que se reuniese el congreso que Rosas no quería reunir. Mientras tanto, en uso de su soberanía Entre Ríos y Corrientes establecerían la libre navegación y el libre comercio con Inglaterra y Francia, y apoyadas en ellas resistirían la agresión de Rosas.   No tuvo lugar. Urquiza mandó otra vez a  Juan Castro a explicar a Rosas que “había probabilidades de llegar a un arreglo con D. Joaquín Madariaga” sobre las bases propuestas por Rosas, pero los salvajes unitarios trabajaban mucho en Corrientes para inducir a Madariaga a que forme una República separada de la Confederación"
Aprovechaba para quejarse de Echagüe, que desde Santa Fe informaba a Rosas de los negociados con el convoy y que Urquiza trataba de separar a Entre Ríos de la Confederación.   Tras repetidos mensajes verbales llevados en junio y julio entre Madariaga y Urquiza por los coroneles José Antonio Madariaga y Benjamín Virasoro (correntino al servicio de Entre Ríos) quedó convenido el pronunciamiento indirecto. Corrientes ingresaría aparentemente a la Confederación, pero en un pacto secreto se reservaría derechos que Rosas no podría admitir, forzándolo a rechazar el tratado.  Ante esa intolerancia, Corrientes y Entre Ríos se separarían “provisoriamente” de la Confederación en la forma indicada por Madariaga en su carta del 16 de junio.
II-Tratado de Alcaraz, 15 de agosto de 1846. | Carlos Pistelli
Sin haber recibido las instrucciones de Rosas, el 13 de agosto Madariaga y Urquiza se entrevistan en Alcaraz, territorio de Entre Ríos. El mismo día Urquiza pasa una inocente nota a Madariaga acreditando a José Miguel Galán “para acordar y convenir con V.E. los medios adecuados al restablecimiento de la paz y armonía entre Corrientes y la Confederación Argentina”.
Eran dos los tratados. El público establecía:
1)       Paz entre ambas provincias y las demás de la Confederación.
2)       “Olvido absoluto” del pasado.
3)       Corrientes aceptaba el Pacto Federal y volvía a la Confederación.
4)       Autorizaba al gobernador de Buenos Aires a manejar las relaciones exteriores.
Hasta ahí un tratado corriente que nadie podía objetar, salvo la formalidad de no hacerse invocando la representación de Rosas. El veneno estaba en el tratado secreto, firmado en la misma fecha, que condicionaba el reingreso de Corrientes a la Confederación Argentina a tres premisas:
1)       La “obligación de resistir cualquier invasión extranjera” del artículo 2 del Pacto Federal, no regiría para la provincia "en la presente guerra contra el Estado Oriental» en las diferencias actuales con los gobiernos de Inglaterra y Francia”.
2)       No habría extradición de criminales, sino para quienes cometiesen delitos posteriores a la ratificación  .
3)       El tratado con Paraguay “así como las relaciones de esta clase que tiene establecidas con los Estados vecinos (la R. Oriental) continuarán en el estado en que hoy se hallan, hasta que llegue el caso de los arts. 15 y 16 del referido tratado (la reunión del congreso general federativo) o que los altos intereses de la Confederación Argentina exijan otros arreglos a ese respecto”.,
El tratado secreto anulaba al público. Corrientes mantenía el pacto con Paraguay contra el tirano de Buenos Aires” y sus convenios con el gobierno de Montevideo contra Rosas, y se desligaba de toda obligación de contribuir a la defensa por la agresión anglofrancesa.   Es decir: no había incorporación de Corrientes al Pacto Federal. No era necesario conocerlo a Rosas para descontar el estruendoso rechazo.
El tratado público fue comunicado por Urquiza a los gobernadores de provincias como gran acontecimiento nacional. Como aseguraba haberlo concertado conforme a las instrucciones de Rosas, las provincias lo festejaron.
La primera noticia de Alcaraz en Buenos Aires se tuvo por un transparente de la Sala de Comercio británico del 25 de agosto. Todavía estaba en Buenos Aires el comisionado de Urquiza, Juan Castro, a quien Arana había dado precisamente las instrucciones para que Urquiza firmase el pacto en nombre de la Confederación. Castro, de buena o mala fe, fue el primer sorprendido. El 26 de agosto llegó a Buenos Aires Galán con los textos de ambos tratados y una carta de Urquiza a Rosas recomendando a Madariaga “por su franqueza, honradez y patriotismo”.
Biografía de Juan Madariaga
En Montevideo se supo perfectamente qué había detrás del convenio. El 29 de febrero de 1848 Manuel Herrera y Obes, ministro de relaciones exteriores de Montevideo, escribiría a Andrés Lamas, enviado en Río de Janeiro: “Si usted calcula que el Imperio se prestará a la planificación de nuestros proyectos, recomiendo a usted mucho la insistencia en que el Paraná sea el límite de la. República Argentina, y que para obtenerlo asuma el Brasil la iniciativa del pensamiento en los próximos arreglos. Urquiza, téngalo usted por cierto, acepta, desde luego, la proposición. Yo se lo garanto a usted",
A poco de despachado Galán a Buenos Aires, llegó a Entre Ríos una información que obligará a Urquiza a dar marcha atrás en el pronunciamiento y la segregación proyectada. A lo menos por el momento.
Estaba en Buenos Aires, desde los primeros días de julio, el ex cónsul británico en Montevideo Tomás Samuel Hood y había venido a tratar con Rosas y Oribe nada menos que el retiro de la intervención. La noticia llegó a Entre Ríos cuando Galán estaba ya rumbo a Buenos Aires con las malhadadas cláusulas de Alcaraz en la cartera; el 26 llegaba Hood a Buenos Aires. Al encontrar en retirada la intervención anglofrancesa,  Galán debió confesar que en Alcaraz “se había hecho un barro” y trató de borrar con el codo lo escrito con la mano.  La misión Hood hizo fracasar, pues, la segregación de la Mesopotamia.
Bibliografía
Bosch, Beatriz "Los Tratados de Alcaraz"
Castello Antonio Emilio  Historia de Corrientes
Galvez Manuel "Vida de Don Juan Manuel de Rosas"
Palacio Ernesto "Historia Argentina"
Rosa José María "Historia Argentina"

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