Por el Profesor Jbismarck1
La zanja ideada por el doctor Adolfo Alsina para contener
los malones indios debía cubrir la frontera desde Fortín Cuatreros, en Bahía
Blanca, hasta la laguna La Amarga, en el sur de Córdoba. Fue proyectada para
una extensión de más de 600 kilómetros, de los cuales llegaron a construirse
374. La zanja tenía un ancho de tres metros por dos de profundidad (medidas que
variaban según la naturaleza del terreno) y estaba completada con un talud.
La zanja fue vituperada por los partidarios de la política
ofensiva y total contra el indio. La llamaron “muralla china”, con clara intención peyorativa, asimilándola al
estéril esfuerzo de pueblos débiles y acobardados que se refugian para no
combatir. Negaron que fuera una obra nacional, ya que solamente defendía a la
provincia de Buenos Aires.
Si bien la zanja no impidió por completo el paso de los
indios, fue un obstáculo tremendo para sus retiradas. Tratando de recruzarla,
con la impedimenta de sus saqueos, los malones eran alcanzados por las fuerzas
militares y allí perdían sus arreos de ganados robados. Los malones se
volvieron infructuosos porque la clave de su éxito era la sorpresa en el ataque
y la velocidad en la fuga. La zanja debilitó las posibilidades de resistencia
de los indios, los desalentó y fue, además, base y punto de partida seguro para
el avance sobre el desierto
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