Rosas

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miércoles, 9 de agosto de 2023

Cementerio de Recoleta: Liliana Crociati y su perro sabú

Por Julio R. Otaño
Otra historia del Museo Abierto que es el Cementerio de Recoleta: Liliana Crociati murió a los 26 años en Insbruch. Austria. Un alud la sepultó junto a su marido en su cuarto de hotel en 1970. (éste logró salvar su vida) Para homenajear a su hija y su arte, en medio del dolor que los invadía, los padres de Liliana le pidieron al reconocido escultor Wifredo Viladrich que diseñe una tumba de estilo neogótico con una escultura de bronce. Además, querían que tenga algunos detalles: que luzca un vestido de novia, tenga en el dedo un anillo de compromiso y esté acompañada por una réplica de su perro, Sabú. El hocico del perro se fue desgastando por el mito de que tocarlo da "buena suerte". Como los mitos no son solo de los humanos, en este caso también alcanzó a Sabú. Se dice que el can murió en Buenos Aires el mismo día que su dueña lo hizo en Austria, pero, nada de eso es verdad: su deceso se debió a causas naturales muchos años después. A la escultura, Joseph le hizo colocar una placa con el nombre de Liliana y un doloroso poema que le dedicó, colmado de interrogantes acerca de la tragedia que vivió la joven. “A mi hija. Solo me pregunto por qué te has ido y has dejado destrozado mi corazón. ¿Por qué? Solo el destino sabe el por qué y me pregunto ¿por qué no se puede estar sin ti? ¿por qué? Tan linda eras que la naturaleza, envidiosa, te destruyó, ¿por qué? Solo me pregunto si hay Dios, se lleva lo que no es suyo. ¿Por qué destroza y deja hasta el infinito el dolor? ¿Por qué creó al destino y no a vos? ¿Por qué? ¿Por qué solo sé que siempre sueño con vos? Por todo el amor que siente mi corazón por vos. ¿Por qué? Tu papá”. Por su parte, la madre de Liliana rodeó la tumba con un jardín de rosas porque a su hija le gustaban las flores. En el sepulcro también se encuentra un llamativo retrato de la joven, también a modo de homenaje. Su padre, famoso coiffeur de la sociedad porteña, y su madre, sensible artista, perdieron interés en la vida después de la tragedia: ambos fallecieron unos años después. Están sepultados junto a Liliana. Jancsi el viudo de Lili nunca estuvo de acuerdo con la estatua y solo estuvo presente el día que la instalaron. De hecho consideró la situación como un verdadero circo y argumentó que su esposa no hubiese estado de acuerdo. Por las dudas yo le toqué el hocico a Sabú....






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