Rosas

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jueves, 31 de agosto de 2023

REVISIONISMO FEDERAL PROVINCIANO O DE LA IZQUIERDA NACIONAL

Por el Dr. Julio R. Otaño
Juan Bautista Alberdi -considerado un precursor del revisionismo histórico- hablaba de “dos países”: Buenos Aires y las Provincias. En el nacionalismo de izquierda argentina confluyeron intelectuales y grupos de diversa procedencia, un precursor fue Manuel Ugarte político, escritor y brillante publicista, expulsado del partido de Juan B. Justo, que sembró los fundamentos de un nacionalismo socialista iberoamericano para enfrentar al imperialismo norteamericano. Eduardo B. Astesano (1913-1991), afiliado al Partido Comunista, se graduó de abogado en 1946 en la Universidad del Litoral, y siguió un camino similar al de Puiggrós y en sus numerosos libros de revisión histórica contribuyó a abonar las tesis del nacionalismo de izquierda, adhirió al rosismo y con un especial acento indigenista en su última etapa. John William Cooke (1920-1968), militante juvenil radical, abogado, fue diputado nacional por el peronismo en 1946. Descollante orador, profesor de Economía Política, allegado al revisionismo rosista, dirigió la revista De Frente y fue interventor reorganizador del Partido Peronista de la Capital Federal en 1955. Proscripto el movimiento, estuvo preso, fue delegado de Perón y dirigente de la resistencia en la clandestinidad, Jorge Abelardo Ramos (1921-1994), activista del trotskismo, manifestó su apoyo crítico al peronismo desde 1945. Gran polemista, escribió sus filosos ensayos y Fundo en 1971 el Frente de Izquierda Popular (FIP). Tras la dictadura del Proceso estrechó lazos con el peronismo, formó el Movimiento Patriótico de Liberación Juan José Hernandez Arregui (1929-1974) En 1947 renunció a la afiliación radical para incorporarse al peronismo. Desempeñó funciones en el gobierno de la provincia de Buenos Aires y se dedicó principalmente a sus cátedras universitarias. Excluido de la Universidad en 1955, publicó sus libros, que alcanzaron extensa repercusión, y participó en la agitación de la resistencia peronista. Reivindicaba haber ideado la denominación “izquierda nacional” para esta tendencia, que concebía ligada al peronismo revolucionario. Otros trabajos señalables en esta corriente son los estudios historiográficos de Alfredo Terzaga, Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde y, llegando a un período más reciente, las investigaciones históricas de continuadores de esta orientación como Norberto Galasso. Las obras de los autores que conformaron la corriente nacionalista de izquierda articulan un conjunto de proposiciones: Una aplicación de la filosofía y la metodología marxista, basada en la dialéctica de la lucha de clases y los fenómenos económicos para interpretar la realidad social; Un punto de vista americano, en la cultura de elite, en el sistema educativo; Una renovación de la revisión histórica, centrada en los intereses y la lucha de las masas trabajadoras, oponiendo a la historiografía liberal los levantamientos federales del siglo XIX con las causas democráticas y populares del siglo XX. La postulación de una nación sudamericana, concibiendo la integración de las repúblicas del continente como imperativo histórico, objetivo estratégico y dimensión necesaria para su plena emancipación. La caracterización del peronismo como un movimiento nacional y popular de potencialidad revolucionaria, que expresaba los intereses de la clase obrera a pesar de las distorsiones de la capa burocrática dirigente. Otro aporte perdurable de estos autores fue la reinterpretación de la historia argentina en el contexto sudamericano, refutando ante todo la historiografía liberal mitrista y sus versiones de izquierda, pero discrepando también con el revisionismo nacionalista católico y a veces con el nacional y popular: el motivo: Rosas. Siendo diputado, Cooke había impugnado el falseamiento oligárquico del pasado como cobertura de “la tremenda entrega económica del país”, resaltando el sentido de la batalla ideológica para establecer la verdad y reivindicar las luchas y los caudillos de las masas populares contra los dogmas históricos y económicos que servían al imperialismo Ramos Exponía la centralidad del conflicto entre el interior mediterráneo y los intereses mercantiles porteños, dilema ante el cual el litoral ganadero vacilaría pactando con la ciudad-puerto. Justificaba la rebelión de Artigas, así como las montoneras y los caudillos gauchos enfrentando a los unitarios rivadavianos; denunciaba la creación del Estado-tapón del Uruguay como parte de las agresiones neocolonialistas, y juzgaba con cierto equilibrio el rol de Rosas: aunque “rechazó las exigencias del comercio importador y del capital extranjero”, no logró “una nueva base de sustentación acorde con el desarrollo mundial del capitalismo”, pues su nacionalismo estaba condicionado por la clase saladerista en cuyos límites se movía. Astesano, menos reticente, desarrolló la noción de Ramos de que Rosas “fue la primera expresión capitalista en la Argentina”; el líder de los Terratenientes Nacionalistas Bonaerenses, a pesar del enfrentamiento con suys pares de los “Libres del Sur” y lo caracterizó como pionero de una burguesía nacional, propulsor de un capitalismo basado en la organización productiva de la estancia, el trabajo asalariado, el desarrollo del transporte fluvial y la protección de las economías regionales. El relato de Ramos sobre la etapa de la “organización nacional” exhibía las defecciones de Urquiza y las agresiones de Mitre contra el interior y el Paraguay, apoyándose en Alberdi. Alfredo Terzaga fue aún más entusiasta en su biografía de Roca. Sin embargo, esta interpretación fue rechazada por otros autores. Hernández Arregui discrepó con su versión del roquismo: “Roca, en última instancia, fue absorbido por la oligarquía y nunca dejó de ser su representante” Puiggrós fue crítico del federalismo rosista, no fue más allá de la defensa de la autonomía de la provincia que poseía el puerto único, instrumento del avasallamiento de las demás; el dictador; negándose al dictado de una Constitución porque de esa manera debería compartir las rentas de la aduana (Puiggrós y también Galasso no tienen en cuenta los argumentos políticos y económicos de Rosas: es decir eñ Restaurador consideraba como prioritario que cada provincia se organice y cuando haya paz y tranquilidad sancionar la constitución -carta de la hacienda de Figueroa a Facundo Quiroga- y también que Bs As se debia hacer cargo de los gastos de la deuda externa rivadaviana (Baring) del sostenimiento del ejército y del servicio diplomático). Pedidos constitucionales de facundo Quiroga, Bustos o de Estanislao López. Y motivo central de los enfrentamientos bélicos con Corrientes, que tenía la misma economía ganadera y manufacturera que Bs As pero el único puerto habilitado era Buenos Aires. (Polémica Pedro Ferré – Roxas y Patrón: primer gobierno de Rosas una economía librecambista y desde 1935 la Ley de Aduanas una economía proteccionista que permitió el renacer de las industrias manufactureras del interior del país. Para los revisionistas de la corriente provinciana y federal el enfrentamiento era entre el interior y Bs As, aunque diferencian a Rosas con Rivadavia o Mitre por su sentido Nacional e Integrador, además de su defensa de la soberanía y la Ley de aduanas…la primera proteccionista. Para Arturo Jauretche: Rosas fue lo máximo que Bs As podía darle al resto del país. Cooke vaticinaba la “revolución latinoamericana, integral”, relacionándola con la tradición histórica de las luchas por la independencia: “Una de las cosas que perdimos en Caseros fue la costumbre de escribir y pensar como latinoamericanos. Bolívar, San Martín, Artigas, Moreno, Monteagudo, Rosas, etc., todos escribieron y opinaron como 'americanos'. Después de la caída de Rosas, eso terminó: como semicolonias, los países perdieron ese sentido americano. Recién reapareció con Yrigoyen, aunque sin poder pasar de su contenido romántico y verbal a una acción práctica”. Luego, recordaba, el gobierno de Perón “retomó el sentido de la América Latina como unidad, y lo llevó a la práctica en la medida que fue posible”; más que los resultados, importaba el concepto de aquella orientación precursora, que en los años ´60 había madurado en los movimientos de liberación y se proyectaba en la experiencia de Cuba.


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