Por el Prof. Julio R. Otaño
Esta tumba fue una de las primeras de dicho cementerio. Antiguamente reposaban junto a Remedios ,los padres del Libertador. Hoy se los puede encontrar en la Ciudad de Yapeyú ,Corrientes, junto a las ruinas de la casa natal. Se conocieron cuando ella tenía 14 años y él 34, se casaron y fueron padres de Mercedes Tomasa. La mujer falleció el 3 de agosto de 1823, hace exactos 100 años. Dejó lujos y comodidades para unirse al entonces Tte Cnel que comenzaba a tener sueños de libertad para América. No es posible asegurar, como enseñaron los libros escolares y en ocasiones aún se lo afirma, que entre Remedios y José hubo amor a primera vista ya que en esos tiempos los acuerdos matrimoniales (por conveniencia de ambas familias) eran habituales y él le llevaba 20 años de diferencia, una cualidad también común para la época. Se conocieron por Carlos de Alvear, quien le presentó a San Martín a personalidades de la alta sociedad de Buenos Aires Hay testimonios de que la madre de Remedios se oponìa al matrimonio y consta que una cena de los Escalada, San Martín y Bernardino Rivadavia terminó en un incidente entre el militar y su futura familia política. Al solicitar San Martín su mano, Remedios rompió el compromiso contraído con Gervasio Dorna, quien se alistó en el Ejército del Norte. A fines de 1814, Remedios se trasladó a Mendoza para reunirse con su marido, por ese entonces gobernador cuyano. Allí se incorporó a la sociedad local y colaboró en las tareas de organización del Ejército de los Andes para liberar a Chile y Perú. Fue ella quien promovió la entrega de las joyas personales, gesto en el que la acompañaron las damas mendocinas el 10 de octubre de 1815, para contribuir al equipamiento de las fuerzas. El 24 de agosto de 1816 nació Merceditas, única hija del matrimonio y futura compañera de su padre durante el exilio. La partida de San Martín hacia Chile, junto con la delicada salud de Remedios, quebrada por la tuberculosis, la obligó a regresar a Buenos Aires el 16 de marzo de 1819 para instalarse nuevamente en la casa de sus padres en Buenos Aires. Era tal su estado que se dispuso llevar un ataúd por si moría en el viaje. Remedios fue llevada a una quinta de la calle Caseros y Monasterio, donde falleció el 3 de agosto de 1823 (con 25 años), lejos de San Martín, cuya presencia solicitó hasta su último instante. Su viudo solo pudo acudir meses más tarde y solicitó a su allegado, ingeniero Felipe Bertrés la construcción de un mausoleo en mármol en el Cementerio del Norte (Recoleta) para que descansaran sus restos, junto con una lápida, en la que reza: "Aquí descansa Remedios Escalada, esposa y amiga del general San Martín". En el espacio superior lleva una especie de nube con un reloj de arena en el centro y, en pequeñas letras, al pie dice “Fecit Bertrés”.
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