Por Ricardo Gerasi Del Campo Ríos
La relación entre el caudillo y Gobernador de Santa Fe, Estanislao López y el caudillo bonaerense y Comandante del 5to Regimiento de Campaña Juan Manuel de Rosas se fue conformando a medida que las circunstancias los enfrentó. López había puesto a Buenos Aires de rodillas con su socio entrerriano Pancho Ramírez. Debido a la creciente influencia de Pancho sobre el litoral, hizo que López deseara la paz con Buenos Aires. Aún asi y a solo cuatro leguas de la ciudad, López quiso sacar toda ventaja de su paradojicamente ventajosa posición. El inteligente y estratega jefe santafecino accedió al cese de hostilidades con Buenos Aires siempre y cuando se eligiese un gobierno que acceda a la paz con Santa Fe y a las peticiones de éste último.
Aquí en esta coyuntura el Coronel Dorrego juega un importante papel en tanto y en cuanto se comprenda que independiente de tales enfrentamientos, los verdaderos patriotas, cada uno en su posición, querían lo mejor para la paz y el bienestar para las Provincias Unidas. En esos idas y vueltas, entre negociaciones truncas y demás especulaciones, el estanciero y caudillo bonaerense don Juan Manuel de Rosas, con perspicaz sabíduria empieza de a poco a involucrarse en las cuestiones públicas. Si bien el " Principe " de la pampa hacía 1819 debió dejar de atender sus asuntos en los establecimientos que administraba para engrosar su influencia en las Campañas, reuniendo muchos milicianos en Monte, Lobos, etcétera...marchando con ellas sobre las tribus de indios enemigos ( muchos de ellos guiados por el chileno Carrera, aliado de López ) acumulando las fuerzas que movía la provincia contra los " invasores" del gobierno de Santa Fe. El posterior Gobernador de Buenos Aires, entabló negociaciones con don Estanislao para lograr la paz que estos dos anhelaban.
Si bien Rosas fue parte comisionado para sellar la paz con López impuesto por Manuel Dorrego y que tenía a Martín Rodriguez como parte del arreglo por Buenos Aires y a Cosme Maciel por Santa Fe, el estanciero pampeano luego de la batalla de San Nicolás se dirigió a Dorrego pidiendole la potestad de arreglar la paz definitiva con López. Rosas que no desesperaba del buen resultado de sus trabajos abarcó la cuestión con toda franqueza y le dijo al Jefe Federal porteño; "___ Déjeme usted arreglar con López una paz digna para nosotros y necesaria para Santa Fe; Fírmela usted, que será usted nombrado, le aseguro, Gobernador de Buenos Aires.___ Recordemos que Dorrego en ese momento fue Gobernador Sustituto y no fue del todo bien recibida la propuesta del insigne Jefe bonaerense, del cual creía que sacaría redito y provecho político de esta situación, lo cual nobleza obliga, Rosas escribe a Dorrego y le aclara su proposito de mediador y renuncia a tales facultades.
LAS VEINTICINCO MIL CABEZAS DE GANADO.
Luego de extensas idas y vueltas entre Dorrego y Rodríguez, este último fue anunciado y elegido Gobernador de Buenos Aires por la Junta de Representantes y el Jefe Federal porteño lo tuvo que reconocer. Luego de una " escaramuza " que se dió al pie del Monumento a la Victoria, los milicianos de Rosas vuelven al plano público y desalojan a los agitadores y restablecían el orden y al Gobernador Rodríguez. Con la concreción del caso y el orden impuesto, Rosas fue condecorado, reconocido y pagado por cuanto él mismo había subvencionado los movimientos a lo largo de todo el anarquíco conflicto. A esta altura la situación con Santa Fe aún no resuelta, lo evoca una vez más al joven Rosas nuevamente al plano público.
Con Martín Rodríguez resuelto a terminar el conflicto, decide hacerlo tanto por la paz como por la guerra si fuera necesario. Con la buena voluntad de terminarlo sin conflicto armado, Cordoba y Salta se suman como mediadores, aún con diferencias entre las partes que distaban mucho de resolverse.
Había una clausula en el borrador del acuerdo que López pretendía y que Rodríguez no quería cumplir por considerarla indecorosa para su provincia. López exigió gran cantidad de cabezas de ganado.
Lo cierto es que el Gobernador bonaerense accedió a cambio de que dicha dadiva no aparezca en el tratado. Ofreció al comisionado de Cordoba como garantía de cumplimiento..pero allí sucede un pedido del santafecino que muestra la mutua confianza que había entre López y Rosas. López pide con todas sus fuerzas que quien sea garante, tenga a Rosas en cuenta a la hora de elegir. A raíz de éste pedido , el gaucho de " Los Cerrillos" se vió personalmente obligado a entregar a Santa Fe veinticinco mil cabezas de ganado, para ser distribuidas entre los vecinos de esa provincia que hubieran sufrido a causa de la guerra. En concecuencia, se firmó el Tratado de paz en la Estancia de Benegas, el 24 de noviembre de 1820.
Ante tal compromiso, es necesario destacar que Rosas debió tener una determinada anuencia de estancieros y hombres de la política, en aquella época la provincia sufría de abastecimiento debido a la sequía y la guerra civil.
No fue para nada sencillo obtener tal cifra, pero hubo un convencimiento importante de Rosas a ciertos amigos, pidiendoles que contribuyan con ganado. Con esto y lo que recibió por parte del Gobierno de Buenos Aires como " el diezmo tropea " del que menciona Adolfo Saldías en su obra " Historia de La Confederación Argentina Tomo I "...Rosas reunió las 25.000 cabezas más 6000 que el mismo caudillo bonaerense aumenta.
Desde entonces se estableció una vigorosa relación política personal entre el bonaerense y el santafecino.
Por otro lado cabe reconocer que las coyunturas hicieron parecer en el juicio posterior enemigos a quienes por conceptos compartidos no lo eran. A veces los conflictos de intereses se fragúan en terrenos que convidan a la desorientación. Antes de ser asesinado, Dorrego le escribió a López designándolo Jefe del Federalismo. El coronel sin llegar a comprender el por que de su ejecución ( Dorrego tenía un profundo conocimiento repúblicano..por la vida repúblicana y no concebía la idea de ilegitimizar un gobierno elegido por la voluntad popular con un golpe de Estado ) concluía su nota a López con una reflexión.
El asesinato del Jefe Federal porteño y el avance unitario, obligó una vez más a Rosas y a López a unir fuerzas y volver a formar la " Columna vertebral " de La Campaña para defender los intereses provinciales por sobre los de la oligarquía portuaria.
Las tropas santafecinas al mando del Brigadier General don Estanislao López fueron también la columna federal que eficazmente y con gran valor se impusieron a la prepotencia del Directorio, en algunos casos arrasando la Campaña bonaerense, pero con justas pretensiones.
El caracter muchas veces conciliador de Rosas definió las cosas a favor de López.
Juntos armaron un frente federal que pusiera a las regiones más productivas de las Provincias Unidas en resguardo de una causa que asegure federalizar las rentas aduaneras y evitar que los hombres del mercantilismo librecambista entreguen la incipiente organización nacional a merced de las políticas británicas y francesas. Signo de amistad y buena voluntad con el objetivo de unir a la Nación. Dos hombres funcionales al pueblo criollo que los seguían y que los abrazaban como verdaderos autocratas paternalistas.
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