Por Julio R. Otaño
El Restaurador mantuvo correspondencia con varias personas. Los temas presentes en las cartas son, los
referidos a su nueva vida en Inglaterra; su indignación por la confiscación de
sus bienes en Buenos Aires; su situación de pobreza económica, falto de
recursos, y la necesidad de ayuda departe de sus amigos; la aclaración sobre
ciertos hechos ocurridos durante su gobierno; y sus opiniones políticas
respecto a lo que ocurre tanto en el Plata como en el mundo.
Por Decreto del 16 de febrero de 1852, el
gobernador Dr. Vicente Lopez y Planes, nombrado por el general Justo J. de
Urquiza, y su ministro Valentin Alsina, ordenan la confiscacion de todos los
bienes del general Rosas declarándolos de propiedad publica. Inmediatamente,
varios de los amigos de Rosas, Juan N. Terrero, Josefa Gomez y Jose M. Roxas y
Patron, le escriben o se hacen presentes ante el general Urquiza, quien somete
esta cuestion al estudio del Consejo de Estado. Este Consejo de Estado estaba
formado en gran parte por antiguos partidarios del general Rosas, entre ellos,
Felipe Arana, Tomas Guido, Eduardo
Lahitte y Nicolas Anchorena.
La opinión unánime del Consejo le sirvio a
Urquiza para ordenar, con fecha de 7 de agosto de 1852, la devolucion de los
bienes del general Rosas a su apoderado Juan N. Terrero. Rosas le escribe a Urquiza el 3 de noviembre
de 1852 agradeciendo su consideracion. Pero esto no se concretaría: El 11
de septiembre de 1852, conducida por Valentin Alsina, quien asume como gobernador
y separa a la provincia de Buenos Aires de la Confederacion hasta el 23 de
septiembre de 1860. El nuevo gobierno de Buenos Aires, por ley del 21 de
septiembre de 1852, deja sin efecto todas las disposiciones que se habian
tomado bajo el gobierno de Urquiza. Con
fecha de 18 de diciembre de 1853, Rosas eleva, al nuevo gobierno, su reclamo,
que no fue considerado ni contestado. El 12 de abril de 1854 Buenos Aires
promulga su Constitucion, por medio de la cual Pastor Obligado (ex secretario
de Ciriaco Cuitino) fue elegido gobernador y en 1857 nuevamente V. Alsina.
En 1856, el gobierno
de Buenos Aires decide someter a proceso publico a Juan Manuel de Rosas. El 28 de
julio de 1857 se sanciona la ley por la cual se declara a Rosas "reo de lesa
patria por la tiranía sangrienta que ejerció sobre el pueblo durante el periodo
de su dictadura y traidor a la independencia de su patria", se le vuelven a confiscar
todos sus bienes, los cuales fueron declarados de propiedad publica. Desde este
punto de vista, las tierras se venderian en publica subasta y los inmuebles de
la ciudad, incluida la Quinta de Palermo, pasarian al poder municipal. En la
vereda de los acusadores se encontraban traidores al Restaurador como sus enemigos de siempre. De la mano del Dr. Rufino de
Elizalde, se lo enjuicia en ausencia, condenándolo en rebeldía a la pena de
muerte en calidad de aleve (Antiguamente se usaba por alevosía. | Como adjetivo equivale a pérfido, inicuo, traidor. alevoso; y se aplica no sólo a las personas, sino también a acciones).
Rosas
redacta su defensa en tres idiomas (español, ingles y francés). Considera que
ese juicio solo compete a Dios y a la historia. “No hay Ley anterior que
prescriba, ni la sustancia del juicio, ni las formas que deban observarse. Porque
no pueden constituirse en jueces, los enemigos, ni los amigos de Rosas, las
mismas victimas que se dicen, ni las que pueden ser tachadas de complicidad en
los delitos” (Carta de J.M. de Rosas a
J.M. Roxas y Patron, Southampton, 03/10/1862).
Ante la falta de tribunales de
apelación y revisión, a Rosas solo le quedan las cartas para protestar contra
los actos de deshonor, las acusaciones y el despojo de sus bienes. Los defensores de Rosas en Buenos Aires Josefa
Gomez, Juan N. Terrero y José María Roxas y Patrón se convierten en los
defensores del honor, los derechos y la protesta del general Rosas en Buenos
Aires.
Terrero era amigo,
compadre, socio y apoderado de Rosas, con quien se escribia frecuentemente. Rosas,
en su testamento, lo considera su primer amigo, y a quien lega el sable del
general San Martín. Por su parte, Jose Maria Roxas y Patron –ministro de
hacienda de Rosas durante su segundo gobierno- Se compadece de la situación
personal por la que esta atravesando el general en el destierro y se siente en deuda
con Rosas y agradecido por favores que recibió le solicita que acepte el envío
de una cantidad anual para mejorar su situación. En 1857 reanuda el intercambio epistolar con Urquiza
y le manda copia de su protesta. Urquiza le contesta a Rosas el 24 de agosto de
1858 en donde vierte importantes conceptos.
Allí le dice que recibió algunos ejemplares de la protesta que publicó
en Europa respecto a “las injustas y violentas medidas tomadas contra sus
propiedades y las de sus hijos, por el Gobierno Irregular de Buenos Aires”.
También lamenta que el gobierno nacional que preside nada pueda hacer al
respecto, pero creo que V. no debe perder la esperanza de que sus conciudadanos
vuelvan sobre sus actos que como expresión de venganza y de odios mezquinos,
infaman al pueblo en que se cometen. Debe confiarse en que cuando los
sentimientos de verdadero nacionalismo prevalezcan sobre las pasiones de
círculo que agitan hoy a los que gobiernan a Buenos Aires, los actos que han
ofendido los derechos de V. serán corregidos como los demás errores de
autoridades reaccionarias". Ambos coinciden en destacar que es importante dispersar
ese círculo perverso que se ha apoderado del gobierno de la provincia de Buenos
Aires y que la ha hecho “teatro de toda violencia, de todo desorden, de toda persecución
y se mantiene como un foco corrompido de perturbación para el resto de la
República y las vecinas”.
Urquiza se
compromete a enviarle anualmente y mientras pueda 1.000 libras para su socorro.
Si bien él mismo contribuyó a su caída, sin embargo no olvida la consideración que
se le debe en razón del servicio que hizo en defensa de los derechos de soberanía
e independencia nacional. Rosas nunca
dejó de agradecer este reconocimiento, además de su ayuda.
Bibliografía:
DELLEPIANE, A. 1936.Rosas en el destierro.
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RAED, J. 1974 Juan Manuel de Rosas: Cartas del Exilio, 1853/1875. Buenos Aires, Rodolfo Alonso
REGUERA, A. 2009.Por el testamento habla la red: Estancias, bienes y vínculos...
TERNAVASIO, M. 2005.Correspondencia de Juan Manuel de Rosas. Buenos Aires, Eudeba, 233 p
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