Por el Prof. Julio R. Otaño
Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano Cumple 250 años....este es su único retrato original (todos los demás se inspiran en él..) fue realizado en Londres (1815) por el artista francés Francois Casimir Carbonnier, para quien posó Belgrano durante su misión diplomática en la capital inglesa.
Dice Bonifacio del Carril de esta obra de gran valor histórico-artístico: “En 1815, el prócer se encontraba en Londres en el desempeño de su misión diplomática con Rivadavia. Allí, posó ante uno de los mejores retratistas, entonces en boga en la capital británica, el francés Francois-Casimir Carbonnier, discípulo de David y de Ingres. El retrato de Belgrano es verdaderamente magnífico ... Este retrato fue copiado varias veces en el siglo XIX, entre otros, por Prilidiano Pueyrredón”. La obra llegó a Buenos Aires en abril de 1822; pasó al poder de Miguel Belgrano, hermano del prócer, y luego a sus descendientes. Es la figura más popularizada del prócer. Durante mucho tiempo se ignoró la identidad de su autor. Según la familia Belgrano la mano izquierda del sujeto del retrato se apoya sobre la pierna derecha en el original, y una plaqueta que sostiene no tiene la misma factura que la del cuadro vendido en 1942. Una bandera que aparece, de dos franjas azul celeste y blanco, correspondería a una carta que mandó a San Martín y que tendría esa forma y color. Por otro lado, ¿Cómo probar que el cuadro había estado tempranamente en la familia? Pues… mediante un retrato de Juana Chas, parienta de Belgrano, pintado por Jacobo Fiorini en 1834 que muestra colgado en la pared el cuadro, idéntico al que está en Olavarría. ¿Y cómo probar que el autor del original era Carbonnier? La prueba, un tanto endeble, es un soneto anónimo y manuscrito que guardaban los Belgrano.
El cuadro actualmente se conserva en el Museo Municipal de Artes Plásticas Dámaso Arce de Olavarría. La obra, un clásico de todos los manuales de historia, fue declarada Patrimonio Municipal en esa localidad de Buenos Aires, en 1996.
En 1978 lo adquirió el Banco de Olavarría y en 1989 fue ampliamente restaurado. La desaparición de la entidad financiera (2002) determinó que pasara al patrimonio del Museo Municipal de Artes Plásticas «Dámaso Arce» de Olavarría, donde aún hoy se conserva. Un cuadro codiciado por su valor. Una obra única, el original frente a tantas copias. Retrata a un hombre humilde, honrado y patriota, que pese a haber tenido una cuna de oro murió en la pobreza
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