Por el Prof. Jorge Enrique Deniri
La ocupación de Corrientes, reintegra en su cargo a Juan Bautista Méndez,
perol os poderes efectivos son ejercidos por Andresito como Comandante General
de las Misiones. En ese carácter, acuartela en la ciudad sus efectivos, vuelve a equiparse de
armas, pertrechos, caballada e indumentaria, y logra
completar sus preparativos a través de duras requisiciones y contribuciones forzosas, para reiniciar
la lucha contra los portugueses en mejores condiciones materiales que nunca.
El
23 de marzo de 1819 abandona la ciudad, su objetivo son nuevamente las Misiones
Orientales. Algunas versiones afirman que cumple nuevas órdenes de Artigas,
pero no hay mayores elementos de juicio que abonen esa especie. En esa línea, Larguía sostiene que se buscaba
cortar las comunicaciones entre Río Grande y Montevideo,
empeñando formaciones guaraníes en diferentes teatros de operaciones,
coordinadas con el grueso del ejército, bajo el mando del mismo Artigas.Empero,
dados los medios de la época, la reducida capacidad táctica evidenciada por
todos los beligerantes, y, sobre todo, las gravísimas limitaciones de las
líneas de comunicaciones de Andresito, es poco probable que pueda hablarse de un“plan” en el sentido militar del término. Aprecio que un análisis exhaustivo evidenciaría
quizá que se impartieron una serie de órdenes y directivas generales,más que
una planificación centralizada y de detalle, en torno a una concepción estratégica
de dimensiones poco menos que napoleónicas. Con toda su
grandeza, Artigas nunca superó militarmente el nivel táctico, y sus enemigos aparecen semejantes. El tiempo y esfuerzo que hubieron de empeñar para vencerlo,evidencian
el alto costo de su victoria final. La superioridad, sólo la lograron
como efecto colateral de las acciones de Chagas contra los no combatientes.En
esta incursión final, Andresito perderá la libertad y la vida.Logra un éxito
inicial apoderándose del pueblo de San Nicolás, que fortifica y desde el cual
rechaza en mayo un ataque de Chagas. Sin embargo, el 6 de junio,con
sus fracciones divididas, - según algunos autores mientras intenta
retroceder
hacia San Nicolás para atrincherarse, tras un vano intento de entrar en
contacto con Artigas –cae en una emboscada en el paso de Itá Curubí-.
No parece que Andresito maniobrara con un objetivo claro, sino más bien moviéndose
a través de un ir y venir que lo expone al punto que sus enemigos pueden
exitosamente tenderle una trampa.Según algunas hipótesis, lo condicionan
problemas de remonta, sin embargo,nunca ha emprendido una acción ofensiva mejor
pertrechado, y condicionar la reposición de sus equinos a la eventual captura de
las tropillas enemigas de Río Grande habría constituido un grave error táctico,
no sólo por la carencia de apoyo derivada de la indiferencia o directamente
rechazo de las comunidades guaraníes de los siete pueblos, empoderadas por los portugueses, denunciándolo y presionando sobre sus desplazamientos, sino porque si realmente buscaba reunirse
con Artigas, el menor riesgo para la maniobra hubiera sido por la ribera opuesta
del río, en territorio amigo, incluso para conseguir caballada. Mi hipótesis es
que su principal problema de conducción, es que por primera vez guerrillea
casi totalmente solo, sin que lo secunde alguno de sus principales lugartenientes, como Acevedo, Miño o Campbell. Sin uno de esos grandes asesores
a su lado, realizar las apreciaciones y tomar las decisiones correctas se le
hace cuesta arriba, el coraje solo no basta, y así en Itá Curubí la masa de sus hombres es masacrada. Los que sobreviven, afrontan una encarnizada persecución
portuguesa. Él, tiene menos suerte, el 20 de junio, una patrulla enemiga lo
captura mientras intenta retornar a las Misiones Occidentales cruzando el río
Uruguay por el paso de San Isidro. Prisionero, las versiones tradicionales lo dan
por muerto mediante veneno en el presidio de la isla Das Cobras. Sin embargo,
las investigaciones del Profesor Machón demostraron que quedó en libertad
cuando el conde de Casa Florez un español monárquico, realizó gestiones
diplomáticas para liberar a los prisioneros artiguistas que,
previo juramento de fidelidad al rey, fueron embarcados para repatriarlos.
Luego, Machón descubrió que en realidad, aunque Andresito figura en la lista de embarque, por una riña de taberna antes de subir a bordo, fue
detenido nuevamente. Allí se pierde todo rastro suyo.¿Qué pasa después? No
sabemos.
Algunos imaginaron inclusive que, repatriado,terminó sus días entre
los guaraníes de las comunidades de la Banda Oriental. Personalmente, considero,
y es sólo una especulación más, que probablemente murió en Brasil, y no mucho
después de ser aprehendido nuevamente. De otra forma, una personalidad descollante como la suya, no hubiera podido pasar desapercibida,
y menos entre una comunidad del tipo de la guaraní misionera.Ese final, amargo
y poco significativo, le llega a Andresito sin que Artigas haga nada en su
favor. Otro elemento de juicio para percibir las “adopciones” de Artigas como
herramienta política, independiente del afecto parental. Paradójicamente, son
sus enemigos, quienes tienen más clara su relevancia como caudillo, enfatizando
que, caído él, las comunidades que lo siguieran hasta las últimas consecuencias, no vuelven a alzarse. Por eso, estimo difícil que lo hubieran
dejado en definitiva en libertad, aunque lo hayan hecho figurar en los papeles.En
ese terreno, sus admiradores actuales desarrollaron una mística empeñada en aclarar
su fin, con una imposible aspiración última de lograr, a partir de las modernas técnicas de antropología forense, recuperar restos suyos para honrarlos,
pero, no con epicentro en San Borja o Santo Tomé, sus presuntas localidades de
origen; una brasileña y la otra correntina, sino en la actual provincia de
Misiones, en Candelaria. En Corrientes, el anatema de la historiografía capitalina clásica y sus continuadores,
ha perdido fuerza, y a tono con los movimientos indigenistas en auge, con una
marcada impronta ideológica de izquierdas, en los últimos años se desarrolló en
la ciudad de modo sistemático, una campaña vulgarizadora que exaltó su figura y
su trayectoria, llegando a calificarlo inclusive como “el
primer desaparecido del siglo XIX”. Que hacer sobre todo mediático y de
corte político -sindical, rico en lugares comunes, expresiones panfletarias y
consignas centradas en un estereotipo que, se dice, revolucionario, de lo que
es, y de lo que debe llegar a ser Latinoamérica. En lo material, su culminación, fue la erección de lo que hoy es quizá el
conjunto escultórico local de mayor envergadura. Una estatua de hierro reciclado
de 17metros de altura, rodeada de otras de mucho menor porte de sus tenientes,
en una plazoleta ubicada en un punto clave de la nueva Costanera. En lo formal,
su ascenso a general, en otra decisión claramente de corte político ideológico,
que revela la inserción nacional lograda por sus apologetas.
En síntesis, de ser
un desconocido para la mayoría hace dos décadas, hoy,merced a una afiatada invención histórica, Andresito es el héroe epónimo indiscutido
de los misioneros, percibido cada vez más con ribetes heroicos por
las poblaciones correntinas de la banda del río Uruguay.Llegado aquí, creo que cada quien deberá responderse a sí mismo los interrogantes
fundamentales que alojan estas notas, más allá de los mitos y leyendas carentes
de todo sustento, a favor y en contra suya, sopesando las que son claras
verdades expuestas: Sabemos lo que, de grado o por fuerza, hizo Corrientes por Andresito, ¿qué hizo Andresito por Corrientes? Asimismo,asumiendo que aunque vencido fue un héroe, ¿Es y debe ser un héroe correntino?
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