Por Julio R. Otaño
Un año antes había acudido con su consejo a favorecer un empréstito que gestionaba la República del Paraguay, empobrecida y exhausta, a raíz de la guerra de la Triple Alianza. La siguiente nota del Presidente de la República hermana documenta:
Asunción del Paraguay, 17 de Mayo de 1871
Exmo Señor Don Juan Manuel de Rosas Southampton
Exmo Sr: por el Sr. Dn. C. H. Ohlsen comisionado de su yerno
D. Máximo Terrero de Londres para el Empréstito Paraguayo, he sabido las buenas
recomendaciones que S. E. se sirvió dar a varios Banqueros de esa, de la
República del Paraguay, agradeciendo a S. E. infinito como Presidente que soy
de esta República, el interés que ha mostrado en favor de este pobre país que
quedó aniquilado por una guerra sin ejemplo.
Sé por el referido amigo el Señor Ohlsen la situación de S.
E. y por lo tanto después de manifestarle mi gratitud, deseo vivamente se sirva
contarme entre el número de sus amigos, los más predilectos, como será siempre
para S. E. este su muy
Affmo y sincero amigo S. S.
CIRILO A. RIVAROLA.
Y el agradecido pueblo paraguayo, por voz de su Presidente
Salvador Jovellanos, que ha sucedido en el gobierno al señor Rivarola, ofrece
poco después, cálido asilo para que el general Rosas, repudiado en su patria,
pueda morir en suelo americano. En nombre de todos mis conciudadanos —le dice—
ofrezco a V. E. hospitalidad entre nosotros a donde, después de honramos con su
aceptación, hallará corazones que sabrían mitigar los sinsabores de esta triste
vida. ¡ Hermosas palabras que concretan los sentimientos generosos de un pueblo
noble y heroico y que encierran una elocuente lección de patriotismo que, debió
servir de ejemplo, a quienes han pretendido hacer un monstruo execrable de un
argentino que, sin disputa, encarnó, en nuestra historia, la idiosincrasia de
una época!
El texto de la carta del presidente del Paraguay que ofrecía
asilo al general Rosas es el siguiente:
Asunción Marzo 9/872
Exmo Sor Brigadier General
Dn Juan M. de Rosas
Southampton
Exmo Señor de todo mi aprecio: por la presente tengo el gusto
de manifestarle la simpatías qe. hacia V. E. tiene el Gobierno Paraguayo pr. su
benevolencia con qe. se ha dignado recomendar nuestro país al Extrangero.
En nombre de todos mis conciudadanos ofresco a V. E. hospitalidad
entre nosotros a donde después de honrarnos con su aceptación, hallaría
corazones qe. sabrían mitigar los sinsabores de esta triste vida.
El Sor. Rivarola renunció, cuyos acaecimientos el Sor.
Ohlsen, dador de la presente, mejor qe. nadie podrá relatar.
Soy Exmo. Señor de V. E. affmo. S. S.
Q. B. S. M.
SALVADOR JOVELLANOS. (1)
A muchos quizá sorprenda esta actitud de los paraguayos
hacia un hombre que, obstinadamente, se resistió a reconocerles su
independencia política, pero, la dura prueba sufrida, después, por el noble
pueblo hermano, les habrá hecho pensar Que era infinitamente mejor aquello, que
someterlos a una guerra de devastación y de exterminio, como la que acababa de
aplastarlos.
Por singular coincidencia, el Paraguay, que sirvió de exilioia
José Gervasio Artigas, el Protector de los Pueblos Libres y fundador de la
nacionalidad Oriental, se ofrecía, ahora, a recibir en SU seno a Juan Manuel de
Rosas, el Gran Americano y esforzado defensor de la soberanía continental, como
si estuviera en su destino de pueblo altruista y criollo por antonomasia,
recibir el último suspiro de los dos grandes calumniados de nuestra historia. El argentinismo de Rosas fué siempre firme e
irreductible y no decae con la edad.
Excelente artículo Julio, felicitaciones
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si me permitis lo hago circular con la consabida cita.....
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