Rosas

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miércoles, 2 de noviembre de 2022

Obras de José Hernández y traducciones del Martín Fierro.

Por el Prof. Julio R. Otaño
Rasgos biográficos del general D. Angel V. Peñaloza (colección de artículos publicados en "El Argentino)". Paraná, 1863. [En la "Vida del Chacho", José Hernández arremete contra Sarmiento, su enemigo irreconciliable, a la sazón gobernador de la provincia de San Juan. El Chacho Peñaloza, caudillo regional, se ha alzado contra el gobierno, y Mitre, presidente de la nación, da instrucciones a Sarmiento y le confía el cargo de "director de guerra", para reducir el conflicto a un acto meramente policial. El Chacho es apresado; lo maniatan, lo atraviesan con una lanza, los soldados disparan contra su cuerpo agonizante, y luego le cortan la cabeza para exhibirla como trofeo, clavada en una lanza (1863). El hecho tuvo repercusiones en todo el país. Sarmiento, como "director de guerra", tenía para Hernández la responsabilidad política. Escribió entonces, al correr de la pluma, varios artículos en "El Argentino" de Paraná, responsabilizándolo de esa muerte.]

El gaucho Martín Fierro. Buenos Aires: Imprenta de La Pampa, 1872. [El "Martín Fierro" señala la culminación del género gauchesco en la literatura en el Río de la Plata. Fue creado y publicado en dos partes: "El gaucho Martín Fierro" (1872) y "La vuelta de Martín Fierro" (1879).

La vuelta de Martín Fierro. Primera edición, adornada con diez láminas. Buenos Aires: Librería del Plata, 1879. "La vuelta de Martín Fierro". En ella, al cabo de un tiempo el personaje regresa a la civilización y cuenta su vida en las tolderías, las costumbres aborígenes, una epidemia en la que muere su amigo Cruz, , la matanza de un indio que maltrataba a una ‘cristiana’ y la huida con ella. El posterior encuentro con sus hijos que narran también sus aventuras, parte en donde aparece el Viejo Vizcacha ...]

Instrucción del estanciero. Buenos Aires: Carlos Casavalle editor, 1881. [La obra Instrucción del estanciero es una especie de manual destinado a transmitir a los hombres de campo experiencias y conocimientos en materia rural, naturaleza de los campos bonaerenses, pastos, construcciones rurales, ganado vacuno, marcas y señales, cría del ganado caballar, ganado lanar y manejo de personal.

José Hernández puede servir muy bien como paradigma del escritor en el que militancia política, estilo de vida, quehacer periodístico y creación literaria forman todavía un sistema perfectamente coherente y solidario. Ciertamente, en Hernández, como en tantos otros precursores del periodismo en la Argentina, la labor aparece no como profesión sinónimo de medio de vida, sino como vocación pura al servicio de los ideales: Hernández ha sido un batallador que, afirmado en sus íntimas convicciones, bregó por las causas que consideró justas en cada momento de su vida. Podría decirse que fue un pragmático que ajustó su posición y sus actos a cada situación histórica y tomó partido por la causa que en ese marco vislumbró como más justa: Propuso desde El Río de la Plata la distribución de tierras parceladas para ganar el desierto mediante la colonización y no por la fuerza depredadora, al tiempo que fustigó el mecanismo de la leva para la formación de los contingentes de frontera. Apoyó a López Jordán en su defensa del concepto republicano federal que entendía traicionado por Urquiza y desde el exilio, en La Patria de Montevideo, combatió a Mitre y a Sarmiento y confió en la unión del Autonomismo con el Partido Nacional que respaldaba a Avellaneda como encuentro reconstitutivo del cuerpo socio político argentino. Polemizó desde La Libertad con La Tribuna, defendiendo su apologética visión del general Peñaloza como baluarte federal y criticó al fin todo lo que consideró pernicioso en el gobierno desde El Bicho Colorado y el Martín Fierro, pese a su adhesión al nuevo Partido Autonomista Nacional. De este modo, durante veinte de los cincuenta y dos años de su vida, luchó a través del periodismo, desde sus primeros pasos en La Reforma Pacifica hasta sus últimos y satíricos intentos conocidos en El Bicho Colorado y Martín Fierro.
Ediciones del Martín Fierro en otros idiomas

Martín Fierro e La Vuelta de Martín Fierro. Prologa, italianiza, anota Folco Testena. Buenos Aires: A. Guidi Buffarini, 1935.

Martín Fierro. Versión húngara. Con láminas entre texto, Prefacio y edición de Ladislao Szabó y Andrés Vér. Buenos Aires, 1944.

Martín Fierro. The argentine gaucho epic. Translated Into English Prose with Introduction and Notes by Henry Alfred Holmes. Hispanic Institute in the United States, New York, 1948,

Martín Fierro. Poema nazionale argentino. Introducción y traducción al italiano de Mario Todesco. Parma: Rebellato, 1959.

The gaucho Martín Fierro. Adapted from the spanish and rendered into english verse by Walter Owen, with drawings by Alberto Güiraldes. Buenos Aires: Pampa, 1960.

Martín Fierro, versión en lengua gallega. Buenos Aires: Anxo Casal, 1980.

Martín Fierro. Traducido al eslovaco por Stanislav E. Jancaérik. Buenos Aires: Nákladom Slovenského Kultúrneko Spolkv V, 1982.

Martín Fierro: la ida – la partenza. Traducción al italiano y comentarios de Giovanni eo Zilio, Buenos Aires: Asociación Dante Alighieri, 1985.

Martín Fierro: la vuelta. Testo originale con traduzione, commenti e note di Giovanni Meo Zilio (español-italiano). Buenos Aires: Asociación Dante Alighieri, 1986.Hoy el Martín Fierro se lee en el mundo en 49 idiomas

Indostano, bantú, ruso y chino son sólo algunos. Un 12 de enero de 1873, la obra de José Hernández empezó a distribuirse en las pulperías.

¿A cuántas lenguas se tradujo el Martín Fierro? Sara Iriarte, becaria doctoral en el Instituto de Estudios Críticos en Humanidades (IECH, CONICET-UNR), analiza las relecturas del libro de José Hernández. Pero la cuestión pasa por indagar cuáles son las dificultades para traducir el Martín Fierro y cuál es la mirada de las distintas culturas sobre el personaje más conocido de la literatura gauchesca. La investigadora Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) estudia las traducciones al portugués, italiano, francés e inglés del libro de José Hernández.

El Martín Fierro "fue traducido a treinta y tres lenguas. La que tiene más traducciones es el portugués con seis, todas hechas en Brasil. Luego sigue el italiano y el inglés con cuatro traducciones completas cada uno. También hay una en francés. Yo trabajo con estas cuatro lenguas y considero como traducción completa si al menos tiene el primer libro: "El Gaucho Martín Fierro".

-¿Cuál fue la primera traducción? La primera fue en 1919 la hizo Folco Testena, un italiano residente en Argentina. La publicación se hace aquí, era para un público que habla italiano, pero no vivía en Italia.

-¿Cuál fue la intención de esa primera traducción? Esto no lo puedo demostrar todavía, pero una de la hipótesis que barajo es que tiene que ver justamente con la llegada de los inmigrantes y la necesidad de compartir algo entre los argentinos y los italianos. En ese momento se dan las migraciones internas del campo a la ciudad donde se empiezan a recuperar los héroes gauchos que para 1919 ya no existían.

-¿Qué limitaciones se presentan al traducir el Martín Fierro sobre todo teniendo en cuenta el lenguaje que utiliza? En la época de Hernández no existía el concepto de dialecto o sociolecto, pero es justamente lo que él identifica: capta la forma de expresión de los gauchos para poder representarlos de la forma en que le interesa. La cuestión de los dialectos se piensa mucho dentro de la traducción literaria. Los diferentes traductores lo resolvieron de distintas maneras en el caso del Martín Fierro. Por ejemplo, Walter Owen, el primer traductor al inglés, elige utilizar expresiones coloquiales pero que no sean representativas de un lugar específico. En cambio, Meo Zilio que lo traduce al italiano a finales de los 70 mezcla expresiones de distintos dialectos de Italia para que el lector de su país pueda tener una sensación de vernáculo. De alguna manera, busca producir el efecto que causa en el lector de la lengua de origen esa lectura, sin elegir un dialecto en particular.

-¿Qué imagen de Martín Fierro reflejan las distintas traducciones? Para nosotros Martín Fierro es un ídolo y lo vemos como una víctima del sistema, pero no nos podemos olvidar que, por ejemplo, él mata gratuitamente. Cuando las otras culturas ven a Martín Fierro desde afuera hay características que les llaman profundamente la atención. Por ejemplo, en el caso de Brasil, el asesinato del Negro en el contexto de una fiesta donde Martín Fierro lo provoca verbalmente y luego se baten a duelo, lo hace un personaje controvertido. Ellos tienen una relación con la raza negra pensada desde la esclavitud, entonces cuando se encuentran con este gaucho que mata a otras personas que sufren la misma injusticia que él les produce un conflicto. Hay que tener en cuenta que Brasil en el estado de Rio Grande do Sul tiene toda una cultura gaucha y para ellos el gaucho es un personaje muy idealizado ya que su literatura lo representa de una forma mucho más romántica.

¿Cómo es en inglés? Walter Owen, que hizo la primera traducción al inglés en 1935, tiene otra visión. En esa época, en Inglaterra, prácticamente no se conocía la existencia de los gauchos. La información que tenían sobre los gauchos provenía de algunos escritos en formato de crónica de viaje que resumían una mezcla muy amplia de información que iba desde la fauna del país hasta la economía. Eran relatos de ingleses que viajaban o habían inmigrado a Argentina y que tenían como principal público a interesados en hacer negocios en el país. Cuando Owen escribe su traducción ve la necesidad de explicar qué es un gaucho. Es muy interesante porque tiene notas muy exotizantes: lo compara con los asiáticos, con los árabes y toma también información de las crónicas de viaje de los ingleses. Owen trata de formular una imagen del gaucho con lo que ya había en la cultura de ellos y resulta una cosa bastante exótica. Él, inclusive, cuando prologa la edición para Estados Unidos que se publica un año después que la de Inglaterra, brevemente compara al gaucho con el cowboy.

-¿Cómo es Martín Fierro para los traductores italianos? El bandido es un personaje que aparece en la literatura mundial y es muy frecuente en Italia. De hecho, Eric Hobsbawn, que es el autor que descubre esta categoría, encuentra mucha de la información que necesita para crear este concepto en Italia: son los banditti. Una hipótesis que estoy trabajando es que podría servir como una categoría universal de personaje para interpretar a Martín Fierro. Los cowboys serían también bandidos en Norteamérica. El problema es que el gaucho Martín Fierro es un bandido muy particular que no termina de encuadrar en esta categoría. En general, los bandidos son personas que están fuera de la ley y si pueden permanecer tanto tiempo así es por la ayuda de sus congéneres que no lo consideran una persona mala. Siempre viven en los bordes de los poblados y como tienen que sobrevivir de alguna manera atacan a otros que son pensados como enemigos, por ejemplo, los ricos o los aristócratas. El bandido guarda una expresión contradictoria porque dependiendo de quién lo juzgue va a ser considerado o no como un delincuente.


Versiones del «Martín Fierro» al inglés
en un artículo de 1972, al ocuparse de las traducciones del Martín Fierro al francés, Elsa Tabernig resumió las enormes dificultades con que tropieza un empeño de esta índole. Luego de señalar que «La traducción no es sólo versión de textos de una lengua a otra, es traducción de un mundo cultural a otro», destacaba: «La lengua de Martín Fierro -señala Tabernig- no tiene equivalente exacto en ningún área lingüística de otro país. [...] Cualquier intento de asimilación del lenguaje gauchesco al de un grupo regional de otra cultura implicaría una desnaturalización del espíritu del original». Pese a ello, fueron varios los osados que, desde 1923 en adelante, procuraron verter esta «poesía vernácula» al inglés.
En 1935, el escocés Walter Owen publica en Londres y Nueva York la versión que, con el tiempo, sería reeditada (y plagiada) más que ninguna otra. Algunas de sus ediciones fueron ilustradas con los célebres dibujos de Alberto Güiraldes. En 1948, Henry Alfred Holmes intenta una segunda traducción completa, en prosa y muy distinta de la de 1923. 5) En 1974, se da a conocer en Nueva York una edición bilingüe traducida por C. E. Ward, cuya primera publicación databa de 1967, y que en esta ocasión fue revisada y anotada por Frank G. Carrino y Alberto J. Carlos. Por el momento, queda consignado el despliegue de las distintas posibilidades, que cada cual evaluará según sus propios patrones idiomáticos y poéticos. Sin olvidar que, por mucho que se hayan alejado estas versiones de lo que los argentinos sentimos al leer el Martín Fierro, permitieron al mundo intuir una época histórica, un tipo de vida, un paradigma humano que habitó estas lejanas pampas hasta no hace tanto tiempo, y que se comunicó con sus congéneres por medio de la poesía y el canto.

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